Musab Hassan Yousuf, hijo del cofundador de Hamás, Hassan Yousuf, colaboró durante años con el Shin Bet antes de trasladarse a Occidente. Actualmente expone públicamente su rechazo al extremismo islámico y su visión sobre la guerra en Gaza. En una entrevista en Jerusalén con Israel National News, sostuvo que la supervivencia de Israel resulta esencial y criticó la propaganda palestina que, según él, alimenta la violencia.
Durante la conversación, Yousuf descartó la posibilidad de acuerdos con Hamás. Señaló que la organización mantiene una mentalidad que aprueba atentados suicidas, secuestros y violaciones. Afirmó que cualquier pacto parcial sobre rehenes prolongaría su poder. “Si aceptamos acuerdos parciales ahora, Hamás se mantendrá en el poder durante los próximos seis meses o el próximo año. Israel no tiene tiempo”, declaró.
El entrevistado subrayó que la prioridad debe centrarse en derrocar a Hamás. Indicó que liberar a los rehenes y eliminar a la organización constituiría una victoria. Comparó la lucha contra Hamás con la Segunda Guerra Mundial y señaló: “Podemos erradicarlo durante los próximos 50 o 100 años. Recuerden a los nazis: ambicionaban dominar el mundo. Millones murieron, y al final, su ideología desapareció”.
En relación con la ayuda humanitaria, acusó a Hamás de apropiarse de los recursos destinados a civiles. “Hamás quiere quedarse con la ayuda porque así es como pagan a sus miembros: no con dinero, sino con arroz y comida”, afirmó. Aseguró que la organización priva a los gazatíes ajenos a sus filas para obtener respaldo internacional y describió este método como una estrategia repetida.
Yousuf advirtió que las protestas internas en Israel fortalecen a Hamás. Expresó que la organización busca dividir a la sociedad israelí y provocar el colapso del gobierno. “Si cedemos a sus demandas y Hamás se mantiene en el poder, las consecuencias de la derrota serán mortales. Esto encendería la sed de sangre en todas partes y pondría en peligro a los judíos de todo el mundo”, manifestó.
Sobre los ataques del 7 de octubre, detalló los crímenes cometidos. “Hubo violaciones, secuestros, decapitaciones. En algún momento, alguien mató a un judío y se comió su hígado”, relató. Consideró que gran parte de los palestinos aprobó los hechos y los interpretó como resistencia. Asimismo, recordó que en su infancia rechazó la violencia, pese a que en su entorno familiar se aceptaba contra los no musulmanes.
El exinformante explicó que su vida en el extranjero se tornó inviable debido a su posición pública. “Podría haber regresado hace diez años, pero ahora siento que no tengo otra opción. Hoy en día, usar la narrativa antipalestina significa no ser bienvenido en ningún lugar”, comentó. Agregó que la propaganda palestina legitima el antisemitismo y que los judíos comienzan a experimentar esa situación.
Insistió en que la respuesta debe ser la unidad del pueblo judío y la inversión en Israel. “Tarde o temprano, millones de judíos llegarán a la misma conclusión. ¿Para qué invertir su dinero e inteligencia en otro lugar? Tráiganlo aquí. Inviertan en este país, juntos”, afirmó. Consideró que la división favorece al enemigo y que esa fue la razón por la que Hamás eligió el momento del ataque de octubre.
Pese a su evaluación de las amenazas, describió a Israel como un Estado fuerte. “Israel es el país más seguro del mundo, con la inteligencia y el ejército más potentes. Quizás no tenga los recursos de las superpotencias, pero Israel es una superpotencia”, expresó. Destacó que la sociedad israelí se mantiene cohesionada en contraste con otras naciones que lo critican.
Finalmente, indicó que Israel constituye un elemento fundamental para la civilización. “Israel es el modelo, un pilar de la evolución humana. Al rechazarlo, la humanidad corre el riesgo de colapsar”, afirmó. Aunque descartó convertirse al judaísmo, expresó respeto por su disciplina y su aporte a la humanidad. Concluyó señalando que no ha perdido la fe en la existencia y advirtió que el modelo de Gaza podría expandirse hacia Europa y Estados Unidos.