El gobierno israelí considera la posibilidad de dejar tropas de las Fuerzas de Defensa de Israel (FDI) en diversas posiciones estratégicas en el sur del Líbano, incluso después de la fecha límite de 60 días para cumplir el acuerdo de alto el fuego. Según el medio Israel Hayom, la medida se analizó en varias reuniones del personal de seguridad israelí.
Este planteamiento responde a dos factores fundamentales: el lento avance del despliegue de las Fuerzas Armadas Libanesas en la región y la creciente cantidad de armas e infraestructuras de Hezbolá que aún están siendo descubiertas. Además, la organización terrorista, con el respaldo de Irán, sigue tratando de reorganizarse en el área.
Se señala que los israelíes no comprenden la tardanza en el despliegue de las fuerzas libanesas. La demora podría atribuirse a las dificultades operativas para movilizar tropas más numerosas y mejor capacitadas que las enviadas anteriormente.
Una posible causa adicional para la tardanza es la presión ejercida por Hezbolá sobre las Fuerzas Armadas Libanesas para evitar tomar posiciones en el sur del Líbano.
Esto permitiría a la organización aprovechar cualquier vacío de poder. En este contexto, Israel ha elevado varias quejas ante organismos internacionales, advirtiendo que, si Líbano no cumple su parte del acuerdo, se verá obligado a mantener una presencia militar en la región para proteger a sus comunidades.