Israel ha diseñado un plan detallado para intensificar la presión sobre Hamás si el grupo no libera a los rehenes restantes. Según The Wall Street Journal, las medidas incluyen la interrupción de suministros esenciales, ataques aéreos, el desplazamiento forzado de habitantes de Gaza y, en última instancia, una incursión militar en el enclave.
El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, junto con su enviado para Oriente Medio, Steve Witkoff, han advertido sobre una reanudación de la guerra si Hamás no cede. Con las negociaciones estancadas, Israel ya ha implementado su primera acción: el bloqueo total de bienes y suministros a Gaza.
El siguiente paso, según el ministro de Finanzas, Bezalel Smotrich, contempla el corte del suministro de electricidad y agua, decisión abordada recientemente en una reunión de gabinete. De persistir la negativa de Hamás, Israel podría escalar su respuesta con ataques aéreos selectivos y operaciones de fuerzas especiales dirigidas contra el liderazgo y la infraestructura militar del grupo.
Otra medida contemplada es la evacuación forzada de palestinos que regresaron al norte de Gaza tras el alto el fuego. Finalmente, el plan incluye una ofensiva militar a gran escala, con más tropas y la ocupación efectiva de sectores estratégicos del enclave, buscando desmantelar completamente la infraestructura militar de Hamás.
Michael Makovsky, exfuncionario del Pentágono y presidente del Instituto Judío para la Seguridad Nacional de Estados Unidos, afirmó a The Wall Street Journal que Israel está decidido a erradicar a Hamás “sin importar lo que pase” y anticipó que esta nueva fase se llevará a cabo con una fuerza considerablemente mayor.
Israel y Hamás siguen estancados en negociaciones
El estancamiento en las conversaciones entre Israel y Hamás mantiene en tensión la región. Israel exige la liberación de los rehenes restantes, mientras que Hamás condiciona cualquier entrega a un alto el fuego permanente, una demanda rechazada por el gobierno israelí. Además, Israel insiste en que Hamás abandone el poder y se desarme, algo que el grupo se niega a aceptar.
Como medida alternativa, Israel ha propuesto extender el alto el fuego por un mes más si Hamás accede a liberar más rehenes. No obstante, ha fijado el sábado como fecha límite para recibir una respuesta. De no haber acuerdo, Israel ha advertido a los mediadores que intensificará la presión militar, lo que podría derivar en una nueva guerra a gran escala, según fuentes árabes citadas por The Wall Street Journal.
Hamás mantiene su postura y sigue exigiendo que cualquier negociación incluya el fin definitivo de la guerra. Además, ha rechazado abordar su desarme en las conversaciones.
Donald Trump, firme en su política sobre Oriente Medio, manifestó su frustración por la falta de avances en la negociación de los rehenes. El miércoles, lanzó una advertencia en redes sociales dirigida a Hamás: “Si [Hamás] no libera a todos los rehenes que quedan en Gaza de inmediato, ‘¡estás MUERTO!’”. Un día después, él y el empresario Steven Witkoff sugirieron que Estados Unidos e Israel podrían coordinar acciones contra Hamás si el grupo no cumple.
Expertos militares israelíes consideran que el país está mejor preparado para una nueva ofensiva en comparación con el inicio de la guerra. Las reservas de municiones han sido reabastecidas y las restricciones impuestas por la administración Biden a ciertas operaciones militares se han relajado. Además, el alto el fuego con Hezbolá permite a Israel liberar fuerzas de su frontera norte.
El ejército israelí estima que ha eliminado a 20.000 combatientes de Hamás, incluidos altos mandos, y ha debilitado significativamente su producción de armas y su red de túneles. Sin embargo, el grupo ha reclutado miles de nuevos combatientes, aunque en su mayoría carecen de experiencia, según The Wall Street Journal.
Israel no puede eliminar a Hamás sin controlar Gaza
Eliminar a Hamás sin retomar el control total de Gaza parece improbable, según Yaakov Amidror, exasesor de seguridad nacional de Israel. En declaraciones a The Wall Street Journal, estimó que una ofensiva para desmantelar la organización podría prolongarse entre seis meses y un año.
A pesar de las bajas sufridas, Hamás parece capaz de resistir otra ofensiva militar. Tahani Mustafa, analista senior del International Crisis Group, destacó que el grupo ha demostrado una resiliencia inesperada, manteniendo su insurgencia más tiempo de lo previsto. El reclutamiento de jóvenes en Gaza ha aumentado, asegurando un flujo constante de combatientes. Aunque muchos habitantes de la Franja rechazan el dominio de Hamás, la guerra y la falta de una alternativa de liderazgo han permitido que el grupo conserve cierto respaldo.
Un despliegue militar a gran escala en Gaza requeriría la eliminación de los túneles de Hamás, una operación que los expertos advierten sería altamente destructiva y compleja. Sin un plan claro para la gobernanza en la posguerra, Israel corre el riesgo de quedar atrapado en una insurgencia prolongada, incluso si logra debilitar la capacidad militar de Hamás.
La presencia de rehenes sigue siendo un factor clave. Se calcula que 59 personas permanecen en Gaza, y las autoridades israelíes creen que al menos 24 siguen con vida.
El debate en Israel se mantiene dividido. Mientras muchos apoyan la vía diplomática para la liberación de los rehenes, las encuestas muestran que una mayoría respalda una nueva ofensiva militar si las negociaciones fracasan. La extensión del alto el fuego cuenta con respaldo público, pero solo si no implica el fin permanente de la guerra.