El artículo de opinión, escrito por Alon Ben-Meir, se publica una semana después de que Netanyahu pusiera en pausa sus polémicas reformas judiciales para dar más tiempo a las negociaciones entre el gobierno y la oposición.
Pero la oposición no ha cejado en su empeño y sigue organizando manifestaciones, e incluso ha invadido las oficinas de un grupo de reflexión que propuso las reformas.
Ben-Meir acusa a Netanyahu de intentar un “golpe de Estado de facto bajo la apariencia de reformas judiciales”. (Como ha señalado Breitbart News, la mayoría de las reformas son paralelas a instituciones existentes en el sistema judicial estadounidense).
Ben-Meir también declara (énfasis original):
Es hora de que Israel se levante contra Netanyahu y le obligue a abandonar el poder
Es hora de que los israelíes se levanten -sí, se levanten- tan admirablemente como lo han hecho contra el siniestro plan de Netanyahu de sobrepasar al poder judicial, una y otra vez, para forzarle a abandonar el poder y librar a Israel de su ominosamente nefasto comportamiento.
No hay forma de dejar esto más claro. Ya es hora de que el gobierno de Netanyahu se dé cuenta de que su enfoque de las políticas internas que han desgarrado al país y su discordia con el aliado más cercano de Israel, EE.UU., es exactamente lo que esperan y desean los enemigos de Israel.
En su discurso durante la Cumbre virtual para la Democracia organizada por la Casa Blanca la semana pasada, Netanyahu afirmó que las relaciones entre Estados Unidos e Israel siguen siendo inquebrantables. Puede que sea así, pero no mientras él esté en el poder. Netanyahu es sencillamente incapaz de ser primer ministro de Israel.
Es un mentiroso, un intrigante y un fraude. Si le queda una pizca de integridad, debería dimitir y salvar al país en lugar de no detenerse ante nada, por malvado que sea, para salvar su pellejo.
Hablan de Biden
El artículo de opinión también elogia al presidente Joe Biden por presionar a Netanyahu negándole una invitación a la Casa Blanca.
Los partidarios de Netanyahu señalan que el movimiento de protesta utiliza métodos antidemocráticos, como el bloqueo de carreteras y la negativa a realizar el servicio militar de reserva, no sólo para detener las reformas, sino para derrocar al gobierno.