El estamento de seguridad israelí transmitió a Estados Unidos que el ataque aéreo del martes en Qatar no logró eliminar a la cúpula de Hamás, de acuerdo con un informe no confirmado de la televisión israelí difundido el jueves. Esta evaluación se presentó también a los ministros del gabinete, mientras la información más reciente indicó que la mayoría de los objetivos sobrevivió y que el número de muertos de alto rango es incierto.
Fuentes israelíes informaron al Canal 12 que Jerusalén mantiene la posibilidad de que uno o dos dirigentes de Hamás hayan muerto, aunque cada vez consideran menos probable ese escenario. La operación se dirigió a una reunión de altos mandos de Hamás en Doha para abordar una propuesta de alto el fuego con rehenes patrocinada por Estados Unidos. Se investigan fallos en la cantidad de explosivos empleados y la eventual evacuación previa de los líderes.
Entre los asistentes identificados se encontraban Jalil al-Hayya, jefe de las unidades de Gaza; Zaher Jabarin, responsable de Hamás en Judea y Samaria; Muhammad Darwish, jefe del Consejo de la Shura; Nizar Awadallah y Jaled Mashaal, principal dirigente del grupo en el exterior. Hamás afirmó que ninguno de sus líderes murió en el ataque, aunque reconoció cinco bajas de menor rango y la muerte de un agente de seguridad catarí, el cabo Badr Saad Mohammed al-Humaidi al-Dosari.
Los muertos incluyen a Yihad Labad, jefe de la oficina de Jalil al-Hayya; Himam al-Hayya, hijo de Jalil al-Hayya; y tres asesores o guardaespaldas identificados como Abdallah Abd al-Wahid, Muamen Hassouna y Ahmad Abd al-Malek. Sin embargo, los altos mandos de Hamás no acudieron al funeral realizado en Doha el jueves, lo que mantiene dudas sobre el resultado final del ataque israelí.
El jueves el Consejo de Seguridad de la ONU emitió una declaración conjunta en la que condenó el ataque israelí en Doha y expresó su pesar por la pérdida de vidas civiles. Todos los miembros, incluidos Estados Unidos, respaldaron el texto que reafirmó el apoyo a la soberanía de Qatar y destacó la necesidad de reducir la tensión en la región.
La declaración subrayó la importancia de la liberación de rehenes y del fin de la guerra en Gaza como prioridad. También reiteró la relevancia de los esfuerzos diplomáticos de Qatar, Egipto y Estados Unidos para alcanzar un alto el fuego y exhortó a las partes involucradas a aprovechar las oportunidades de mediación para avanzar en la paz regional.