La decisión de llevar a cabo el ataque contra Hassan Nasrallah, líder de Hezbolá, la noche del viernes fue tomada por el primer ministro israelí, Benjamin Netanyahu, con el respaldo del ministro de Defensa, Yoav Gallant. Esta decisión se tomó poco antes de que Netanyahu pronunciara su discurso ante la Asamblea general de la ONU en Nueva York, tras obtener la aprobación inicial del gabinete el jueves por la noche, según informó el Canal 12.
La corresponsal diplomática de la cadena, Dana Weiss, detalló la cronología del proceso de aprobación del ataque y señaló que Estados Unidos se molestó cuando se difundieron las primeras noticias del mismo. Washington había estado discutiendo con Israel una posible tregua durante la semana y consideró que fue dejado al margen.
El informe calificó el ataque como el cierre de lo que círculos de defensa israelíes han denominado “los 10 días de ataques”, iniciados el 17 de septiembre con la detonación de miles de bíperes pertenecientes a miembros de Hezbolá, en un acto cuya responsabilidad Israel no ha admitido oficialmente.
La posibilidad de eliminar a Nasrallah “estaba sobre la mesa” desde el miércoles, según el informe. Ese día, se llevaron a cabo conversaciones que involucraron al jefe del Estado Mayor, el jefe del Mossad, el jefe del Shin Bet y Gallant, todos recomendando proceder con el ataque. Sin embargo, Netanyahu no dio la autorización antes de partir hacia Estados Unidos el jueves por la mañana, tras extensas conversaciones mantenidas hasta la noche, dejando abierta la posibilidad de ejecutar la operación.
El jueves continuaron las consultas entre los jefes de seguridad, Gallant y, por vía telefónica, Netanyahu, quien fue instado a dar luz verde al ataque. Ya en Nueva York, Netanyahu convocó al gabinete para una reunión telefónica y obtuvo el consentimiento formal para que él y Gallant aprobaran el ataque si las condiciones lo permitían. Durante la conversación, algunos ministros, como el ministro de Finanzas, Bezalel Smotrich, y el ministro de Cooperación Regional, David Amsalem, expresaron su oposición debido a preocupaciones sobre el impacto que podría tener en las operaciones de las FDI en Gaza.
La mañana del viernes, Gallant visitó la frontera norte para coordinar detalles con el jefe del Comando Norte de las FDI, general Ori Gordin. Más tarde, el jefe del Estado Mayor de las FDI, Herzi Halevi, se reunió con Gallant, indicando que todo estaba listo para seguir adelante con la operación, asegurando que Nasrallah estaba localizado en un búnker. Gallant y Halevi informaron a Netanyahu, quien estaba a punto de hablar en la Asamblea general de la ONU, recomendándole proceder con el ataque. Netanyahu aprobó la operación y pronunció su discurso, en el cual denunció a Hezbolá y advirtió a Irán.
Finalmente, a las 6:20 p.m. del viernes, hora de Israel, la Fuerza Aérea Israelí (FAI) llevó a cabo el ataque, informando poco después que la operación fue un éxito total.
Según Weiss, mientras se discutía la posibilidad de atacar a Nasrallah, Netanyahu y el ministro de Asuntos Estratégicos, Ron Dermer, mantenían contactos con la administración Biden para negociar un posible alto el fuego en Líbano.
Dermer estuvo ajustando los detalles de la propuesta con Estados Unidos, que fue anunciada conjuntamente con Francia el jueves. Esta secuencia de eventos explica la indignación de Estados Unidos cuando se conoció el ataque, ya que, desde su perspectiva, Israel los había dejado fuera de la jugada al comunicarles la decisión en el último momento.