Un artículo de The Guardian llamado “‘Me niego a visitar su tumba’: el trauma de las madres atrapadas en el conflicto entre Israel y Gaza”, que fue publicado el 30 de junio, se enfocó en el sufrimiento de una madre palestina que perdió a su hijo pequeño en el reciente conflicto no culpa explícitamente a Israel de la muerte del niño.
Sin embargo, es probable que esa sea la conclusión para el lector ocasional:
Aquí están los primeros párrafos del artículo, escrito por Stefanie Glinski:
- “En el último mes de su embarazo, May al-Masri estaba preparando la cena cuando un cohete cayó frente a su casa en el norte de Gaza, matando a su hijo de un año, Yasser”.
- “Masri había sentido la onda expansiva de la explosión cuando se produjo el ataque el mes pasado, pero resultó prácticamente ilesa. Una vez que el aire se despejó, salió corriendo y encontró a su marido gravemente herido y el cuerpo de su hijo cubierto de sangre”.
- “Con su marido ingresado en un hospital de Cisjordania -y que probablemente permanecerá allí durante meses-, Masri dio a luz a un niño sano unas semanas después. Sin embargo, el trauma del ataque y el dolor de su pérdida han dificultado que la joven de 20 años se relacione con su bebé recién nacido o lo amamante”.
- “La escalada de violencia de mayo en el prolongado conflicto entre Israel y Palestina se saldó con la muerte de 256 palestinos y 13 israelíes. Yasser fue uno de los 68 niños muertos en Gaza, según las autoridades de la zona”.
Aunque la palabra “cohete”, en lugar de bomba o ataque aéreo, indicaría al lector atento que la trágica muerte del niño fue probablemente causada por un proyectil mal disparado por un grupo terrorista de Gaza, y no por las FDI, es revelador que el escritor no informe a los lectores en ninguna parte del artículo de que este es el caso.
De hecho, al investigar sobre el niño en cuestión, parece casi seguro que, aunque el periodista se equivocó en algunos detalles (su nombre suele aparecer como Yazan al-Masri, y tenía 2 años, no 1) al-Masri, como se ha señalado en estas páginas, y por parte de las ONG israelíes y palestinas, fue efectivamente asesinado por un cohete disparado por un grupo terrorista en Gaza.
Además, aunque un porcentaje significativo de los 4.360 cohetes disparados por los terroristas en la Franja de Gaza durante los combates cayeron dentro de Gaza, casi no se ha cubierto ese tema en The Guardian ni en otros medios de comunicación británicos.
Por último, cabe señalar que el artículo se publicó en la página de “Desarrollo Global” de The Guardian, que está financiada por la Fundación Bill y Melinda Gates.
Al ocultar la responsabilidad de Hamás por la muerte de al-Masri y de otros niños palestinos durante la guerra -lo que es coherente con la incapacidad del medio de comunicación de responsabilizar al grupo extremista por su prioridad de destruir a Israel por encima de las necesidades sociales y económicas básicas de los residentes palestinos- la causa principal del conflicto y del subdesarrollo de Gaza seguirá eludiendo a los lectores.