Un alto oficial de las Fuerzas Armadas Libanesas ha sido señalado por filtrar información de inteligencia a Hezbolá durante el alto el fuego con Israel, según informó el diario británico Times el domingo.
De acuerdo con fuentes de inteligencia no identificadas, Suhil Bahij Gharb, jefe de inteligencia militar para el sur del Líbano, ha transmitido información a Hezbolá desde una sala de control de seguridad supervisada por funcionarios de Estados Unidos, Francia y la ONU, encargados de vigilar el alto el fuego entre Israel y el grupo respaldado por Irán.
El acuerdo de alto el fuego firmado el 27 de noviembre había establecido que Hezbolá debía retirar sus fuerzas al norte del río Litani, a unos 30 kilómetros de la frontera, y desmantelar cualquier infraestructura militar en el sur del Líbano. El ejército libanés debía desplegarse en esta área junto con las fuerzas de paz de la ONU, mientras que las Fuerzas de Defensa de Israel se retirarían en un plazo de 60 días.
Sin embargo, Israel solicitó una extensión del plazo este domingo, alegando que el ejército libanés no cumplió con su compromiso de desplegarse en la zona y que Hezbolá estaba violando las condiciones del alto el fuego. La extensión fue aprobada y aceptada por el gobierno libanés, aunque al parecer no por Hezbolá.
Según el Times, Gharb obtuvo autorización para estar en la sala de control de seguridad debido a la presión ejercida por Wafiq Saffa, alto comandante de Hezbolá, quien sobrevivió a un intento de asesinato israelí en octubre de 2024.
El informe del Times también señala que Gharb no es el único oficial libanés que ha filtrado información a Hezbolá. Citando un “informe de inteligencia internacional”, el medio británico asegura que decenas de oficiales han alertado a Hezbolá sobre incursiones inminentes, dándoles tiempo para escapar. Estas filtraciones habrían permitido a Hezbolá mantener armas cerca de la frontera, lo que violaría directamente los términos del alto el fuego y preocupa a Israel.
De acuerdo con la información obtenida, Hezbolá ha utilizado datos sensibles sobre el ejército libanés para ocultar sus actividades ante las entidades de seguridad internacionales. Esta situación genera inquietud acerca de la capacidad del ejército libanés para ejercer control en el sur del Líbano, en lugar de Hezbolá, tal y como se había acordado en el alto el fuego.
El Times no menciona qué país proporcionó el informe de inteligencia. Además, el ejército libanés y la Fuerza Provisional de las Naciones Unidas en el Líbano (FPNUL) no respondieron a las solicitudes de comentarios.
El acuerdo de noviembre puso fin a dos meses de intensos enfrentamientos, que fueron precedidos por meses de intercambios menores. Hezbolá había comenzado a lanzar ataques casi diarios contra el norte de Israel un día después del ataque del 7 de octubre de 2023, perpetrado por su aliado Hamás, que desencadenó la guerra en Gaza. Los ataques desplazaron a decenas de miles de residentes israelíes del norte, y los disparos de cohetes llegaron a extenderse al centro del país.
Hezbolá, debilitado por los ataques israelíes durante la guerra, ha acusado al Estado libanés de ser responsable de garantizar la retirada de las fuerzas israelíes, señalando que el incumplimiento de Israel de retirar sus tropas del sur del Líbano antes de la fecha límite sería una violación del acuerdo.
Por su parte, Israel asegura que sus fuerzas siguen descubriendo y confiscando armas de Hezbolá en zonas restringidas, lo que implica que el ejército libanés no ha cumplido con su parte del acuerdo.
La emisora pública Kan reportó la semana pasada que funcionarios de las Fuerzas de Defensa de Israel (FDI) han señalado repetidamente las violaciones de Hezbolá. En diciembre, el mayor general Ori Gordin, jefe del Comando Norte de las FDI, declaró ante el Comité de Asuntos Exteriores y Defensa del Knéset que Hezbolá había violado los términos del alto el fuego en cientos de ocasiones. Gordin afirmó que el ejército libanés está colaborando con el grupo terrorista en ciertas áreas, particularmente en zonas donde los comandantes libaneses y sus unidades son musulmanes chiítas, lo que coincide con la ideología de Hezbolá e Irán.
El informe también indica que el ejército libanés ofreció una actualización similar en una reunión a puertas cerradas celebrada la semana pasada en el Knéset.