El gobierno británico llevó a cabo una campaña de propaganda secreta destinada a desestabilizar a los enemigos del país durante la Guerra Fría, incitando a la violencia, apoyando las tensiones raciales y fomentando el odio hacia Israel, según documentos recientemente desclasificados.
Los documentos, de los que informó The Guardian, destacan una campaña de “propaganda negra” desde mediados de los años 50 hasta finales de los 70 que se dirigía principalmente a países africanos, Oriente Medio y partes de Asia con informes falsos que, en última instancia, pretendían difundir el sentimiento anticomunista.
El término se refiere a la creación de noticias falsas para que parezcan escritas por aquellos a los que se pretende desacreditar, en este caso, los enemigos de la alianza occidental durante la Guerra Fría.
Según los documentos, la amplia campaña intentaba poner a los musulmanes en contra de Moscú y en ocasiones utilizaba propaganda antiisraelí para parecer auténtica.
Fue dirigida por el Departamento de Investigación de la Información (IRD) del Reino Unido, que se creó después de la Segunda Guerra Mundial, como respuesta a la propaganda soviética dirigida a Gran Bretaña y se coordinó con las operaciones de propaganda de guerra de la CIA.
Rory Cormac, experto en la historia de la subversión y la inteligencia, dijo a The Guardian que los papeles desclasificados eran “los más importantes de las últimas dos décadas”.
“Ahora está muy claro que el Reino Unido se involucró en más propaganda negra de lo que los historiadores suponen y que estos esfuerzos fueron más sistémicos, ambiciosos y ofensivos. A pesar de los desmentidos oficiales, [esto] fue mucho más allá de la mera exposición de la desinformación soviética”, argumentó Cormac.
Cormac se topó con los documentos desclasificados cuando investigaba material para un libro. Su estudio de los documentos constituye la visión más amplia hasta la fecha de las operaciones de desinformación del IRD, según el informe.
“El Reino Unido no se limitaba a inventar material, como hacían sistemáticamente los soviéticos, sino que tenía la intención de engañar al público para transmitir el mensaje”, dijo.
Cormac dijo que una táctica central empleada por el IRD fue la falsificación de declaraciones que parecían estar escritas por agencias soviéticas, incluyendo Novosti, la agencia de noticias estatal soviética.
El IRD falsificó 11 declaraciones de este tipo entre 1965 y 1972, según el informe, incluida una que siguió a la victoria de Israel en la Guerra de los Seis Días de 1967, en la que se destacaba el enfado de Moscú por la derrota de Egipto a pesar de las armas y los recursos proporcionados por los soviéticos.
En otro intento de sembrar la división entre Moscú y sus aliados árabes en Oriente Medio, la organización británica también creó literatura que supuestamente provenía de organizaciones musulmanas que culpaban a la Rusia soviética de la derrota.
“¿Por qué la nación árabe está afligida en este momento por tanto dolor y desastre? ¿Por qué las valientes fuerzas fueron derrotadas en la yihad por los malvados sionistas paganos? Las respuestas se encuentran [fácilmente]… nos estamos apartando rápidamente del camino correcto, estamos siguiendo el curso elegido para nosotros por los comunistas-ateos para los que la religión es una forma de enfermedad social”, rezaba una declaración emitida por el IRD y firmada por una organización islamista radical ficticia llamada Liga de los Creyentes.
Otro material falsificado acusaba a Moscú de falta de apoyo a los grupos nacionalistas armados palestinos, en contraposición al apoyo más abierto de China, en un intento de dividir a las dos potencias comunistas.
El IRD fue clausurado en 1977, pero según el informe, el gobierno británico llevó a cabo operaciones de desinformación similares durante casi otra década.
“Los [nuevos documentos] son particularmente significativos como precursores de esfuerzos más modernos de poner la inteligencia en el dominio público”, dijo Cormac.