Dos obras de arte sustraídas por los nazis han sido devueltas por la Stiftung Preussischer Kulturbesitz (SPK), la mayor fundación cultural de Alemania, a los herederos de Bruno Cassirer. Posteriormente, la fundación las readquirió y ahora serán exhibidas en la Alte Nationalgalerie, situada en la Isla de los Museos de Berlín.
El “Retrato de Bruno Cassirer” de Max Liebermann se integrará en la exposición permanente del museo desde el martes, mientras que “El padre de Bruno Cassirer en su lecho de muerte”, de Max Slevogt, será mostrado el próximo año.
Bruno Cassirer, nacido en Breslau en 1872, dirigió una influyente editorial y galería de arte en Berlín, representando a artistas como Liebermann y Slevogt. La llegada al poder del régimen nazi en 1933 lo convirtió en objetivo de persecución debido a su ascendencia judía, lo que llevó a la revocación de su membresía en la Cámara de Literatura del Reich. En 1938, se vio forzado a exiliarse en Inglaterra, donde murió en Oxford en 1941. Su colección de arte, confiscada por los nazis, fue subastada.
Las dos pinturas llegaron a los Museos Estatales de Berlín Occidental en la década de 1960, adquiridas al comerciante de arte y editor Wolfgang Gurlitt. Aunque no contienen marcas que acrediten su pertenencia a la colección de Cassirer, existen pruebas sustanciales de que Gurlitt las obtuvo en una subasta forzada de 1944.
El SPK contactó a los descendientes de Cassirer a finales de 2023 y acordó con ellos una compensación para readquirir las obras. La fundación, encargada de la gestión de museos, bibliotecas y archivos en Berlín, ya había realizado restituciones de arte a los herederos en 2002 y 2016.
Martin Hoernes, secretario general de la Fundación de Arte Ernst von Siemens, destacó que la restitución forma parte de la responsabilidad asumida por la Fundación del Patrimonio Cultural Prusiano frente a los crímenes del nazismo. “El retrato de Bruno Cassirer de Max Slevogt continuará siendo una pieza clave en la exposición”, afirmó.