Varios cientos de personas se reunieron en una iglesia en Frankfurt, lugar de nacimiento de Ana Frank, con motivo del 90º aniversario del nacimiento de la adolescente escritora.
El evento, organizado el miércoles en la emblemática Iglesia de San Pablo por el municipio de la ciudad alemana y la Fundación Ana Frank con sede en Basilea, contó con un discurso de la filósofa Agnes Heller, una sobreviviente húngara y judía del Holocausto que nació un mes antes que Frank.
Después de sobrevivir a la máquina de muerte nazi, Eller se inspiró en su juventud cuando leyó el “Diario de Ana Frank”. El libro cuenta la historia de la estancia de Ana durante dos años en un anexo secreto en Ámsterdam, ocupada por los nazis, con su familia y varios otros judíos. La familia fue capturada en 1944 y enviada a campos de exterminio. Sólo sobrevivió el padre de Ana, Otto.
“Era como uno de los parientes y amigos que perdí, niños asesinados por la Cruz de Flecha Nazi de Hungría”, dijo Heller. “Su historia nos pertenecía a todos”.
Audrey Azoulay, Directora General de la UNESCO, una agencia de las Naciones Unidas para la educación y el patrimonio, habló sobre el debate actual acerca del legado de Ana Frank y si debería enseñarse como una historia judía en particular o como una historia compartida.
El diario “es una historia íntima de un adolescente y la historia de la Shoah”, dijo Azulai, quien es judía y utiliza la palabra hebrea para referirse al Holocausto.
Por otra parte, el portavoz del ministro de Asuntos Exteriores de Israel criticó al ministro de Asuntos Exteriores alemán Heiko Maas por su declaración de cumpleaños a Ana Frank, que no mencionó a los judíos. Su historia, dijo Maas, es “una advertencia contra la discriminación, la marginación y la persecución y un símbolo de humanidad”.
Emmanuel Nakhshon, portavoz principal del Ministerio de Asuntos Exteriores de Israel, respondió en Twitter.
“¡El diario de Ana Frank NO es una advertencia sobre los valores pseudo-universales!”, él escribió. “El legado de Ana Frank es una advertencia contra el odio y el acoso de los judíos. Tratar de ‘universalizar las lecciones del Holocausto’ no es más que una reescritura deshonesta de la historia”.