Michael Smuss, quien combatió a soldados nazis con cócteles molotov durante el Levantamiento del Gueto de Varsovia en la Segunda Guerra Mundial y posteriormente se convirtió en pintor como una forma de procesar su trauma, murió a los 99 años. Su esposa en Israel confirmó su muerte el jueves, precisando que ocurrió el 21 de octubre. El Centro de Conmemoración del Holocausto de Israel, Yad Vashem, informó que el funeral se celebraría el viernes.
Nacido en 1926 en la entonces Ciudad Libre de Danzig, hoy Gdansk, Polonia, Smuss se trasladó más tarde a Lodz y luego a Varsovia. En 1940 fue uno de los cientos de miles de judíos obligados a vivir en el gueto de Varsovia, donde cerca de 380.000 personas fueron confinadas en condiciones de extrema precariedad. En su punto máximo, el gueto llegó a albergar a medio millón de personas, y las enfermedades y el hambre se propagaban sin control, con cuerpos que aparecían con frecuencia en las calles.

Durante su confinamiento, Smuss se unió a la resistencia judía y participó activamente en un grupo clandestino dirigido por Mordechai Anielewicz, según relató Frank Steffens, un familiar residente en Alemania. Mientras trabajaba restaurando cascos utilizados por soldados nazis, tuvo acceso a una sustancia diluyente que también servía como componente para fabricar cócteles molotov. Robó cuanto pudo de esa sustancia y la entregó a la resistencia.
“Llenamos botellas que luego se colocaron en los techos de todas las casas cercanas a la entrada del gueto, con la expectativa de que, una vez que vinieran, las tiraríamos al suelo”, recordó Smuss en un video grabado hace tres años para el Museo del Condado de Sumter, en Carolina del Sur, que en ese momento exhibía su obra pictórica.
El 19 de abril de 1943, cuando las tropas nazis ingresaron al gueto con el propósito de destruirlo, cientos de judíos decidieron resistir con las armas en un intento desesperado por defenderse. Ese día, Smuss lanzó cócteles molotov desde los tejados contra los soldados alemanes, relató a The Associated Press Paul Diedrich, otro miembro de la familia residente en Alemania, quien convivió con él durante varios meses en Israel a comienzos de este año. Smuss fue uno de los pocos combatientes de la resistencia que logró sobrevivir casi un mes de enfrentamientos.

Posteriormente fue arrestado por los nazis y trasladado hacia Treblinka, aunque no llegó al campo de exterminio porque los propios soldados alemanes lo desviaron, necesitados de mano de obra, según el testimonio de Diedrich. Pasó por otros campos de concentración y sobrevivió a una marcha de la muerte en la primavera de 1945.
Tras el fin de la guerra, Smuss emigró a Estados Unidos, donde formó una familia. Años después se estableció en Israel, donde inició un proceso más profundo para afrontar el trauma del Holocausto. Allí se dedicó a la pintura y conoció a su segunda esposa, Ruthy. “A partir de entonces, Michael comenzó a procesar sus experiencias artísticamente y fue a escuelas alemanas para mostrar a los descendientes de sus torturadores lo inimaginable”, señaló Diedrich.
“A pesar de sus experiencias, conservó un inconfundible sentido del humor”, añadió. “Sonreía y se reía conmigo incluso a la edad de 99 años”.
