Los fiscales de Polonia abrieron una investigación preliminar contra el eurodiputado Grzegorz Braun tras sus declaraciones públicas en las que negó la existencia de cámaras de gas en el campo de exterminio de Auschwitz.
El legislador afirmó en una entrevista con la radio Wnet que “algo como Auschwitz con sus cámaras de gas es desafortunadamente una falsificación” y que “el asesinato ritual es un hecho”. La entrevista finalizó inmediatamente después de esas declaraciones, según la agencia de noticias PAP.
Braun ha sido acusado anteriormente de antisemitismo, tras haber apagado con un extintor las velas de Janucá en el Parlamento polaco en 2023. También fue candidato presidencial y obtuvo más del 6 % de los votos en la primera vuelta de las elecciones celebradas a comienzos de este año. La Fiscalía del distrito de Varsovia confirmó que se encuentra analizando si sus palabras constituyen una negación de crímenes nazis, lo que está tipificado como delito en la legislación penal de Polonia.
El director del Museo Estatal de Auschwitz, Piotr Cywinski, anunció que presentará una denuncia penal adicional. Según declaró, negar la existencia de las cámaras de gas constituye una expresión de antisemitismo y odio ideológico y también una conducta delictiva conforme a las leyes polacas. Auschwitz fue el lugar donde fueron asesinadas aproximadamente 1,1 millones de personas, principalmente judíos, mediante un sistema industrializado de exterminio.
El primer ministro polaco, Donald Tusk, calificó las afirmaciones de Braun como “una vergüenza”. Añadió que “debemos hacer todo lo posible para que nadie en el mundo asocie a Polonia con tales personas, tales rostros y tales acciones”. Las declaraciones de Braun se produjeron el mismo día en que participó en un acto en Jedwabne, localidad donde en 1941 cientos de judíos fueron quemados vivos por sus vecinos polacos en un episodio documentado como crimen colaboracionista.
Durante la ceremonia conmemorativa de esa masacre, Braun formó parte de un grupo que intentó obstruir la salida de los vehículos que transportaban a los participantes, entre ellos el rabino jefe de Polonia. La policía intervino y garantizó la continuación del acto. Las autoridades israelíes reaccionaron también al incidente. Yad Vashem calificó como una “profanación de la verdad histórica” la colocación de nuevas placas en el lugar, que atribuyen la masacre de Jedwabne a una unidad alemana en lugar de a residentes polacos.
La masacre de Jedwabne, ocurrida hace 84 años, consistió en el asesinato de cientos de judíos encerrados por campesinos polacos en un granero que luego fue incendiado. Los intentos de modificar la narrativa histórica oficial de ese hecho han generado rechazo internacional, tanto desde instituciones académicas como desde organismos dedicados a la memoria del Holocausto.