El pueblo judío es un pueblo que recuerda su pasado. Sin embargo, no solo tenemos el deber de recordar las atrocidades nazis, sino también de recordar al mundo las lecciones de la historia, para garantizar un futuro mejor para toda la humanidad.
Hace un año, 50 líderes mundiales se reunieron en la Residencia del Presidente y en el Centro Mundial de Conmemoración del Holocausto Yad Vashem para subrayar nuestro compromiso compartido de recordar el Holocausto y luchar contra el antisemitismo.
Desde aquella histórica reunión, una pandemia mundial se ha abatido sobre nosotros. Esta pandemia se ha cobrado la vida de 900 supervivientes del Holocausto en Israel, que fallecieron en soledad. La pérdida de estas vidas -vidas de lucha, supervivencia y renacimiento en el Estado judío- es demasiado dura de soportar.
La pandemia mundial ha traído consigo el distanciamiento social y ha obligado a los países a cerrar sus fronteras. Sin embargo, también nos ha recordado nuestra humanidad y la necesidad de trabajar juntos para hacer frente a un desafío.
Al igual que el coronavirus ha obligado a los países a trabajar juntos para derrotarlo, los virus del antisemitismo y la xenofobia nos obligan a unir fuerzas contra ellos.
Debemos mostrar tolerancia cero hacia cualquier forma de antisemitismo, racismo y xenofobia, independientemente de que asomen la cabeza en la calle, en Internet o en los centros de poder.
Por desgracia, el antisemitismo y la negación del Holocausto siguen extendiéndose por todo el mundo. Bajo los auspicios de la pandemia de coronavirus, nacieron más y más teorías conspirativas antisemitas, y seguimos viendo ataques contra sinagogas e instituciones judías.
También este año, en el Día Internacional de la Conmemoración del Holocausto, en el 76º aniversario de la liberación del campo de exterminio de Auschwitz-Birkenau, uno de los símbolos más terribles del periodo más oscuro de la historia de la humanidad, nos comprometemos a seguir recordando al mundo, y a seguir trabajando con el mundo libre para hacer de nuestro juramento de “Nunca más” una realidad común.
Que la memoria de nuestros seis millones de hermanos y hermanas, hombres, mujeres y niños, sea bendecida.