La Oficina del Primer Ministro de Polonia Mateusz Morawiecki anunció que el mandatario homenajeó a la Brigada Santa Cruz, que colaboró con los nazis durante la Segunda Guerra Mundial. Morawiecki visitó el monumento incluso antes de su declaración polémica, comparando a los criminales polacos colaboracionistas con los “criminales judíos”.
Morawiecki había encendido una vela conmemorativa y colocado un ramo de flores. El underground de partisanos polacos estaba compuesto por miembros de la extrema derecha pero también combatió contra Alemania. Sin embargo, por razones tácticas, hacia el final de la guerra, cooperaron con el ejército nazi para combatir contra las fuerzas soviéticas y evitar que se hicieran cargo de Polonia.
“Nunca más”, una organización que lucha contra el racismo en Polonia, condenó enérgicamente la visita del primer ministro polaco al monumento. Un portavoz del partido de la oposición también condenó la visita y dijo que la lucha clandestina contribuyó a la imagen negativa de Polonia en la comunidad internacional.
La historia de Ronen Bergman y la respuesta de Morawiecki
El primer ministro polaco tuvo un debate en la Conferencia de Seguridad en Munich con el periodista de Yedioth Ajronot Ronen Bergman, quien le expuso la historia de su familia, parte de la cual fue asesinada durante el Holocausto por polacos que ayudaron a los nazis. Morawiecki le respondió afirmando que también había “perpetradores judíos” en el Holocausto.
Hablando en la Conferencia de Seguridad de Munich, Morawiecki dijo que no será punible decir que hubo autores polacos bajo la controvertida nueva ley en el país que prohíbe las declaraciones públicas que atribuyen falsa e intencionalmente crímenes nazis a Polonia bajo la ocupación alemana.
En un panel de preguntas y respuestas que tuvo lugar durante la Conferencia de Seguridad de Munich, Ronen Bergman declaró: “La nueva ley que usted acaba de legislar prohíbe a las personas afirmar que los polacos participaron en el genocidio de mi pueblo. Vengo de Israel. Soy periodista israelí y escritor colaborador del New York Times. Lo siento por ser un poco personal. Mis padres nacieron en Polonia. Cuando tenía cinco años, mi madre recibió un premio del Ministerio de Educación de Polonia. Entonces comenzó la guerra y perdieron gran parte de sus parientes, porque sus vecinos polacos, anunciaron a la Gestapo que estaban reteniendo judíos. Mi madre pudo salvar a gran parte de su familia porque oyó durante la noche que sus vecinos iban a decir que escondían judíos en las cercanías de las SS a la mañana siguiente.
Después de la guerra, mi madre juró que nunca hablaría polaco por el resto de su vida, ni siquiera una palabra. Si entiendo correctamente, después de que esta ley sea legislada, seré considerado un criminal en su país por contar esto. ¿Cuál es el propósito? ¿Cuál es el mensaje que estás tratando de transmitir al mundo?”
Bergman recibió una ronda de aplausos por sus comentarios, y el primer ministro Morawiecki contestó sus afirmaciones, en torno a la “ley del campo de concentración polaco” que creó una crisis diplomática entre Varsovia y Jerusalén.
Morawiecki manifestó: “Es extremadamente importante entender primero que, por supuesto, no será punible ni visto como un crimen decir que hubo autores criminales polacos, ya que había autores judíos, ya que había autores rusos y ucranianos, no solo perpetradores alemanes.
Las embajadas polacas tuvieron que reaccionar 260 veces solo en 2017 con respecto a la expresión ‘campos de concentración polacos’. Bueno, señoras y señores, no hubo campos de exterminio o campos de concentración polacos. Hubo campos de exterminio alemanes nazis.
El mero hecho de que tenemos que explicarlo hoy proviene de nuestra historia. Durante 50 años después de la Segunda Guerra Mundial -45 para ser exactos- no pudimos defender nuestro caso. No hubo un estado independiente polaco”.
Morawiecki luego pasó a hablar de los muchos polacos que pagaron con sus vidas por ayudar a los judíos. Añadió: “Cualquiera que quiera saber cómo era la ocupación alemana en suelo polaco, lo invito a la investigación histórica, porque esto es algo completamente más allá de su imaginación.
Muchos de ustedes probablemente han escuchado sobre el solidario pueblo de Lidice en la República Checa. En Polonia teníamos 800 aldeas Lidice -800 que fueron completamente aniquiladas, exterminadas por nazis alemanes por ayudar a nuestros hermanos judíos.
En Polonia, perdimos a seis millones de personas durante la Segunda Guerra Mundial, el porcentaje más alto perdido de población entre todas las naciones en la Tierra. Hay un libro de Gunnar Paulsson, un historiador sueco-canadiense, que hizo una investigación muy a fondo sobre Varsovia durante el Segunda Guerra Mundial: cuántos judíos se escondían en Varsovia y cuántas familias polacas estaban ayudando a esos judíos.
Al menos alrededor de 30.000 judíos escaparon del Gueto de Varsovia y fueron ayudados por tres, cuatro o cinco veces más ciudadanos polacos, incluso si esto significaba amenaza de muerte para toda las familias. No procesaremos a personas que digan que hubo autores polacos, porque hubo autores polacos, pero no podemos estar de acuerdo con mezclar a los perpetradores con las víctimas. Esto sería una ofensa para todos los judíos y todos los polacos que sufrieron mucho durante la Segunda Guerra Mundial”-
El primer ministro Biniamín Netanyahu, quien también asistió a la conferencia de Munich, calificó el comentario de su homólogo polaco como “escandaloso”.
“Aquí hay un problema de falta de comprensión de la historia y falta de sensibilidad ante la tragedia de nuestro pueblo”, dijo Netanyahu, y agregó que planeaba hablar con Morawiecki pronto.
Mientras tanto, el líder del Partido Laborista, Avi Gabbay, dijo que Morawiecki habla como cualquier otro negacionista del Holocausto. “La sangre de millones de judíos llora desde la tierra de Polonia por la distorsión de la historia e intenta escapar de la culpa. Los judíos fueron asesinados en el Holocausto y los polacos tomaron parte activa en su asesinato”, dijo Gabbay.
La legislación polaca exige penas de prisión de hasta tres años por atribuir falsamente los crímenes de la Alemania nazi a Polonia. La ley propuesta ha alimentado una crisis diplomática con Israel, que teme que sofocaría la discusión sobre el Holocausto y permitiría a Polonia blanquear el papel de los polacos que asesinaron o denunciaron a judíos durante la ocupación alemana de Polonia durante la Segunda Guerra Mundial.
Los estudiosos e instituciones dedicadas a la memoria del Holocausto también denunciaron fuertemente la ley, argumentando que su formulación poco clara crea el potencial de abuso contra la investigación histórica.
La semana pasada, Andrzej Zybertowicz, asesor del presidente polaco Andzrej Duda, afirmó que las objeciones de Israel a la ley se deben a un “sentimiento de vergüenza por la pasividad de los judíos durante el Holocausto” y agregó que Israel está “luchando claramente para mantener el monopolio del Holocausto. Muchos judíos se dedicaron a denunciar, a colaborar durante la guerra. Creo que Israel aún no lo ha asimilado”, dijo Zybertowicz en la entrevista publicada en el periódico Polska-The Times.
Estados Unidos también se opuso fuertemente a la legislación, advirtiendo que podría dañar las relaciones estratégicas de Polonia con Israel y Estados Unidos.