Scarlett Johansson revela que un inversor de su ópera prima, “Eleanor the Great”, exigió un cambio en la trama. El mecenas solicitó que la mentira principal de la protagonista no girara en torno al Holocausto. La actriz consideró esta petición una objeción al contenido esencial del filme.
Johansson declaró a The Telegraph: “Si me hubieran dicho “solo lo financiaré si lo rodás en Nueva Jersey” o “tenemos que tenerlo listo para primavera”, habría sido otra cosa”. Para ella, la negativa del patrocinador representó una censura creativa. El problema no fue una cuestión logística, sino el núcleo mismo de la historia que deseaba contar.
La artista explicó la imposibilidad de alterar la premisa central. “Pero se oponían al contenido real de la película. Tenía que tratar sobre lo que ocurre cuando alguien es descubierto en la peor mentira imaginable; si no era el Holocausto, ¿qué podía ser? No ofrecieron ninguna alternativa. Simplemente dijeron: “Esto es un problema””.
El patrocinador abandonó el proyecto y retiró una parte sustancial de los fondos. Johansson expresó su sorpresa y frustración por el desenlace de las negociaciones. Llevaban meses de conversaciones sobre la película, y ese fue el resultado final, un hecho que la decepcionó de forma profunda.
Sony Pictures Classics asumió entonces la distribución y cubrió el vacío financiero. Johansson también reflexionó sobre la influencia de su identidad judía en la realización. Se preguntó si, sin ese bagaje, habría sabido dirigir esta película en particular, una incógnita para ella.
Su herencia judía fue un elemento que pesó en su determinación para hacer la cinta. Ella conocía ese universo y las diversas facetas del personaje de Eleanor. La película “Eleanor the Great” tiene como protagonista a la actriz judía June Squibb, de 95 años.
Su personaje, Eleanor Morgenstein, busca establecer vínculos en Nueva York tras la pérdida de Bessie, su amiga más cercana. La soledad lleva a Morgenstein a un grupo de apoyo para supervivientes del Holocausto en un centro judío. Allí, los integrantes del grupo le piden que relate su experiencia personal durante ese evento histórico.
Ante esta presión, Morgenstein inventa una historia y narra la vida de su difunta amiga Bessie como si fuera la suya. Esta acción constituye el engaño central que define la trama del filme.
