Colette Avital, superviviente del Holocausto, lleva años ayudando a las víctimas de los crímenes nazis a obtener indemnizaciones. Más de siete décadas después de la Segunda Guerra Mundial, su trabajo sigue siendo crucial, incluso cuando el conflicto de Ucrania acumula nuevos desafíos.
Avital cuenta entre sus negociadores con la Conferencia de Reclamaciones, una organización que reclama indemnizaciones para los supervivientes del Holocausto y que fue firmante del Acuerdo de Luxemburgo por el que Alemania Occidental asumió la responsabilidad de las atrocidades nazis y pagó reparaciones.
Cuando el acuerdo cumplió 70 años el jueves, Avital dijo que el trabajo de la Conferencia durante el último año fue más allá de la búsqueda de compensaciones económicas para las víctimas, ya que ayudó a las evacuaciones vitales de Ucrania cuando la invasión rusa del 24 de febrero devolvió la guerra a Europa.
“Hubo que sacarlas en ambulancias y llevarlas en avión a diferentes lugares, incluso a Israel, para que fueran atendidas”, dijo a la AFP Avital, de 83 años, que huyó de Rumanía a Israel cuando era niña.
En una ceremonia celebrada en Berlín para conmemorar el aniversario del Acuerdo de Luxemburgo, la Conferencia también anunciará el último resultado de las negociaciones: pagos humanitarios de emergencia por valor de 12 millones de euros (12 millones de dólares) a 8.500 supervivientes ucranianos del Holocausto, así como un aumento de 130 millones de euros para programas de asistencia domiciliaria.
Necesidades diferentes
En virtud del Acuerdo de Luxemburgo firmado el 10 de septiembre de 1952, Alemania Occidental aceptó su responsabilidad por el genocidio nazi y pagó más de tres mil millones de marcos (unos 1.500 millones de euros) al Estado de Israel y a la Conferencia de Reclamaciones.
Se consideró como el primer gran paso de Alemania Occidental para volver a la comunidad de naciones tras la Segunda Guerra Mundial, en la que seis millones de judíos fueron asesinados en el Holocausto.
Desde entonces, el gobierno alemán ha pagado más de 90.000 millones de dólares como resultado de las negociaciones con la Conferencia de Reclamaciones, según el grupo.
Algunos supervivientes, como los que fueron encarcelados en campos de concentración, siguen teniendo derecho a pagos continuos, mientras que otros, como los que huyeron del régimen nazi, reciben pagos únicos.
La Conferencia de Reclamaciones estima que todavía hay 280.000 supervivientes vivos.
Aunque las víctimas son menos numerosas hoy en día, sus “necesidades son muy diferentes”, dijo Avital, veterano diplomático y político israelí, a la AFP.
“Son mayores, están enfermos y son frágiles. Una de las principales cosas que se está haciendo es darles atención domiciliaria”.
Muy importante
El canciller alemán Olaf Scholz, que asistirá a la ceremonia en Berlín, calificó de “fundamental” el Acuerdo de Luxemburgo.
“Los pagos a los supervivientes y el programa de asistencia domiciliaria son muy importantes para nosotros”, dijo.
Avital -que intervendrá en un panel en la ceremonia- aún recuerda su angustiosa infancia en Rumanía, gobernada por el dictador y aliado nazi Ion Antonescu durante gran parte de la Segunda Guerra Mundial.
Ella y su familia tuvieron que llevar estrellas amarillas para marcarlos como judíos, su padre fue detenido y ella y su madre se vieron obligadas a esconderse durante la guerra.
Huyeron a Israel en 1950, cuando ella tenía 10 años.
Después tuvo una exitosa carrera diplomática, que incluyó el cargo de cónsul general de Israel en Nueva York, y también fue legisladora en el partido Laborista de izquierdas.
En su opinión, el Acuerdo de Luxemburgo ayudó a salvar la maltrecha economía del joven Estado israelí.
“La economía israelí estaba al borde del colapso”, dijo. “No tenía nada, en realidad no tenía dinero para pagar (por) alimentos, ni para pagar (por) ningún tipo de combustibles”.
El aniversario del acuerdo es “muy importante, solo para marcar la extraordinaria evolución de las relaciones entre Israel y Alemania”, añadió.