Corea del Norte disparó el martes un proyectil no identificado hacia el mar frente a su costa oriental, según el ejército surcoreano, en medio de los llamamientos de Pyongyang para que Estados Unidos y Corea del Sur abandonen su “política hostil”.
Los militares surcoreanos no dieron más detalles, mientras que el Ministerio de Defensa de Japón dijo que parecía ser un misil balístico, sin dar más detalles.
El anuncio se produjo justo antes de que el embajador de Corea del Norte ante las Naciones Unidas instara a Estados Unidos a abandonar su política hostil hacia Pyongyang y dijera que nadie podía negar el derecho de su país a la autodefensa y a probar armas.
Corea del Norte acusó a Seúl y a Washington de “doble moral”, diciendo que denunciaban su desarrollo armamentístico mientras continuaban con sus propias actividades militares.
El 15 de septiembre, Corea del Norte y Corea del Sur realizaron sendas pruebas de misiles balísticos, la última andanada en una carrera en la que los rivales han estado desarrollando armas cada vez más sofisticadas.
En ese momento, Washington condenó la prueba norcoreana -y otra prueba realizada días antes de lo que, según los expertos, podría ser su primer misil de crucero capaz de transportar una cabeza nuclear- como una amenaza para sus vecinos. No mencionó la prueba de Seúl de un misil balístico lanzado desde un submarino (SLBM).
Desde entonces, Corea del Norte ha emitido una serie de declaraciones en las que afirma estar dispuesta a reanudar las estancadas conversaciones intercoreanas y a considerar la celebración de otra cumbre si el Sur abandona su doble moral y su política hostil hacia el Norte.
El Comando del Pacífico del ejército estadounidense y el Departamento de Estado de EE.UU. no respondieron inmediatamente a las solicitudes de comentarios.
En la Asamblea General de la ONU, el enviado de Corea del Norte, Kim Song, dijo que el país solo estaba reforzando su autodefensa y que si Estados Unidos abandonaba su política hostil, respondería “de buen grado en cualquier momento” a las ofertas de conversaciones.
“Pero, a nuestro juicio, no hay perspectivas en la etapa actual para que Estados Unidos retire realmente su política hostil”, dijo Kim.
El Departamento de Estado de EE.UU. declaró el lunes que condena el ensayo de misiles de Corea del Norte, que supone una amenaza para los vecinos y la comunidad internacional, e instó a Pyongyang a retomar las estancadas conversaciones de desnuclearización.