Fuerzas israelíes irrumpieron en la aldea de Beit Jinn, en el sur de Siria, y detuvieron a varios presuntos miembros de Hamás durante una operación nocturna, informó el ejército el jueves. La acción tuvo lugar a unos 6 kilómetros de la frontera con Israel, fuera de la zona de amortiguamiento bajo control israelí.
Reservistas de la Brigada Alexandroni ejecutaron la operación, según las Fuerzas de Defensa de Israel (FDI). “Tras recolectar inteligencia en las últimas semanas, nuestras tropas realizaron una incursión precisa en Siria y capturaron a varios terroristas de Hamás que planeaban múltiples ataques contra ciudadanos israelíes y nuestras fuerzas en territorio sirio”, declaró el ejército.
Una fuente militar reveló que los soldados ingresaron a varias viviendas en la aldea, arrestaron a los sospechosos en 45 minutos y regresaron a Israel. Los detenidos fueron trasladados al país para ser interrogados por la Unidad 504 de la Dirección de Inteligencia Militar.
Durante la redada, las fuerzas israelíes confiscaron varias armas, según el comunicado militar. Un portavoz del Ministerio del Interior sirio informó a Reuters que siete personas resultaron detenidas en Beit Jinn, pero negó su afiliación con Hamás, afirmando que eran civiles locales. Además, señaló que una persona murió por disparos israelíes.
En respuesta a preguntas sobre posibles víctimas, el ejército israelí indicó que uno de los sospechosos intentó escapar, lo que llevó a abrir fuego y confirmar “un impacto”. Las FDI añadieron que el incidente se encuentra bajo investigación.
Días antes, las FDI habían atacado a un miembro de Hamás en la misma localidad. Desde la caída del régimen de Bashar al-Assad en diciembre, Israel mantiene nueve puestos militares en el sur de Siria, principalmente en una zona de amortiguamiento patrullada por la ONU. Las tropas operan hasta 15 kilómetros dentro del territorio sirio para neutralizar armas que podrían caer en manos de “fuerzas hostiles”, según Israel.
Hamás mantuvo una presencia notable en Siria hasta el estallido de la guerra civil en 2011, pero su influencia disminuyó desde entonces. Tras la caída de Assad, el estatus del grupo en el país permanece incierto, mientras el gobierno interino de Ahmed al-Sharaa busca consolidar su autoridad, desarmar a grupos no gubernamentales y evitar conflictos con Israel.
Fuentes indicaron a Reuters que Siria e Israel sostienen diálogos directos para reducir tensiones y estabilizar la región. Sharaa confirmó contactos indirectos con Israel enfocados en calmar el ambiente. Estos acercamientos representan un avance en las relaciones entre ambos países, enfrentados durante décadas, con el respaldo de Estados Unidos para que el nuevo liderazgo islamista en Damasco establezca vínculos con Israel.
Israel expresa cautela ante el reconocimiento rápido del nuevo gobierno sirio y mantiene escepticismo sobre Sharaa, un exyihadista con una recompensa de $10 millones por parte de Estados Unidos hasta hace poco. No obstante, los ataques aéreos israelíes contra antiguos sitios militares de Assad y las críticas al nuevo régimen han disminuido en las últimas semanas.