Dos soldados estadounidenses y un intérprete civil murieron el sábado en el centro de Siria después de que un presunto integrante del grupo terrorista Estado Islámico abriera fuego contra una patrulla conjunta de Estados Unidos y Siria, según informaron autoridades militares, tras un ataque registrado en la ciudad de Palmira.
El Mando Central de EE. UU. confirmó las muertes en X, luego de que medios estatales sirios reportaran que el ataque había dejado heridos a soldados estadounidenses y sirios. CENTCOM indicó que “Una emboscada por parte de un hombre armado solitario del ISIS” provocó también lesiones a otros tres militares.
El comunicado militar añadió que “El tirador fue atacado y muerto”. La entidad, responsable de las operaciones estadounidenses en Oriente Medio, describió el hecho como un ataque directo contra una patrulla conjunta desplegada en una zona previamente afectada por la presencia del grupo terrorista.
El portavoz del Pentágono, Sean Parnell, explicó que el ataque ocurrió mientras las tropas “estaban realizando un compromiso clave de líderes” en respaldo a operaciones antiterroristas. A su vez, el enviado estadounidense a Siria, Tom Barrack, señaló que la emboscada tuvo como objetivo una patrulla conjunta.
El secretario de Defensa de EE. UU., Pete Hegseth, escribió en X: “El salvaje que perpetró este ataque fue asesinado por fuerzas asociadas”. Parnell agregó que las identidades de los soldados muertos permanecerán reservadas hasta que sus familias reciban la notificación oficial correspondiente.
El ministerio del Interior sirio sostuvo que había advertido con antelación a la coalición liderada por Estados Unidos sobre una posible infiltración del ISIS. “Hubo advertencias previas del mando de seguridad interna a las fuerzas aliadas en la región desértica”, dijo su portavoz, Anwar al-Baba.
“Elas fuerzas de la coalición internacional no tuvieron en cuenta las advertencias sirias sobre una posible infiltración del ISIS”, afirmó al-Baba en la televisión estatal. Según Damasco, las alertas no recibieron respuesta pese al riesgo identificado en la zona donde ocurrió el ataque armado.
El incidente representa el primero de este tipo desde la caída de Bashar al-Assad en diciembre pasado y el restablecimiento de vínculos con Washington. Un funcionario del Pentágono afirmó que el ataque “tuvo lugar en una zona donde el presidente sirio no tiene el control”.
La agencia estatal SANA informó que varios soldados estadounidenses y dos sirios resultaron heridos durante una “gira conjunta de campo” en Palmira. Un militar sirio señaló que los disparos ocurrieron “durante una reunión entre oficiales sirios y estadounidenses” dentro de una base local.
Un testigo declaró haber escuchado disparos desde el interior de la instalación. El Observatorio Sirio de Derechos Humanos indicó que la reunión formaba parte de una “estrategia estadounidense para fortalecer su presencia y presencia en el desierto sirio”.
Helicópteros trasladaron a los heridos hasta la base de Al-Tanf, donde hay tropas estadounidenses desplegadas. El mes pasado, tras la visita del presidente Ahmed al-Sharaa a Washington, Siria se unió formalmente a la coalición global liderada por Estados Unidos contra ISIS.
