BEIRUT – Ataques aéreos de Rusia, aliada del régimen de Assad, golpearon cerca de una panadería y una clínica médica en la región rebelde de Idlib en Siria, matando a 10 civiles, dijo un monitor de guerra.
Al menos cinco mujeres estaban entre los muertos en la ciudad de Ariha en la provincia de Idlib, donde las fuerzas gubernamentales apoyadas por Rusia están llevando a cabo una ofensiva contra el último gran bastión rebelde del país, dijo el Observatorio Sirio de Derechos Humanos.
Un médico cubierto de polvo salió corriendo de la clínica Al-Shami gritando tras el ataque, que dañó parcialmente las paredes de la instalación, informó un corresponsal de la AFP.
Cerca de allí, tres edificios enteros se habían derrumbado.
Los lamentos de las mujeres y los niños resonaron mientras los trabajadores de rescate buscaban cadáveres bajo los escombros, añadió el corresponsal.
Las últimas muertes elevan a 21 el número total de civiles muertos por los ataques aéreos rusos en Idlib en las últimas 24 horas, dijo el Observatorio.
A principios de este mes, Rusia negó haber lanzado ninguna operación de combate en la región de Idlib desde que el 12 de enero entró en vigor un alto el fuego acordado con el partidario rebelde Turquía.
Pero la tregua se ha convertido desde entonces en letra muerta y el número de incursiones rusas reportadas ha aumentado considerablemente.
Miles de tropas rusas están desplegadas por toda Siria en apoyo del ejército de Assad, mientras que un contingente de personal de seguridad privada ruso también opera sobre el terreno.
La intervención militar de Moscú en 2015, cuatro años después de iniciado el conflicto en Siria, ayudó a mantener al dictador Bashar al-Assad en el poder e inició una larga y sangrienta reconquista del territorio perdido por los rebeldes en las primeras etapas de la guerra.
El feroz bombardeo coincide con un empuje terrestre de las fuerzas gubernamentales en el sur de la provincia de Idlib, donde el miércoles capturaron la estratégica ciudad de Maaret Al-Numan.
Ahora están avanzando hacia la ciudad de Saraqib, cuyos residentes han huido en su mayoría en los últimos días debido a los fuertes bombardeos.
Ambas ciudades se encuentran en la carretera M5 que conecta la capital, Damasco, con la segunda ciudad, Alepo.
La carretera ha estado en el punto de mira del gobierno durante algún tiempo, ya que busca revivir una economía moribunda devastada por casi nueve años de guerra.