Un puesto de control del ejército de Turquía fue atacado cerca de la aldea de Kansafra en la provincia sureña de Idlib. La agencia de noticias siria SANA informó, citando al Observatorio Sirio de Derechos Humanos (SOHR), que el ataque fue llevado a cabo por las fuerzas aéreas rusas y sirias.
Según el SOHR, en el ataque murieron y resultaron heridas diez personas y se destruyeron varios vehículos turcos. La agencia de noticias rusa RIA Novosti informa, citando su fuente, de unos 13 militares muertos.
Según los medios de comunicación sirios, el ataque aéreo fue una respuesta a la ofensiva de las tropas turcas y las milicias aliadas contra la ciudad de al-Nairab, en la parte oriental de la provincia. En total, señala la SANA, se realizaron 120 ataques de la Fuerza Aérea Rusa en la provincia de Idlib durante el día.
Las fuerzas del dictador sirio Bashar al-Assad, apoyadas por el poder aéreo ruso, están tratando de retomar la última gran región de Siria en manos de los rebeldes después de nueve años de guerra. Casi un millón de sirios han sido desplazados por los últimos combates.
Turquía ha respondido enviando miles de tropas y equipos a la región para apoyar a los rebeldes en la resistencia a la ofensiva.
“Con la ayuda de nuestros amigos turcos, hemos recuperado el control de la estratégica ciudad de Nairab, la puerta de Saraqeb, tras expulsar a las milicias terroristas rusas”, dijo Yusef Hamoud, portavoz del Ejército Nacional respaldado por Turquía.
El 18 de febrero, diplomáticos turcos y rusos celebraron conversaciones en Moscú en un intento de resolver la próxima crisis siria. Esas negociaciones no han dado resultados.
El 20 de febrero, alrededor de las 15.00 horas, hora local, en el noreste de la provincia siria de Idlib, las fuerzas pro turcas, con el apoyo de la artillería turca, iniciaron una ofensiva hacia la ciudad de Saraqib, que fue capturada por las fuerzas de Assad hace varias semanas. Menos de dos horas después del comienzo del ataque, intervinieron aviones rusos. Cuando las defensas del ejército sirio cerca de las ciudades de Qminas y Nayrab fueron quebrantadas, los bombarderos rusos Su-24 atacaron, destruyendo los vehículos blindados de la oposición. Las fuerzas del gobierno sirio pudieron entonces retomar las posiciones.
El Ministerio de Defensa de Turquía informó de que dos soldados turcos habían muerto y otros cinco habían resultado heridos en un ataque aéreo, pero no especificó de quién era el ataque aéreo responsable de las muertes. Fahrettin Altun, director de comunicaciones de la administración presidencial turca, aclaró más tarde que los aviones sirios habían sido responsables del ataque mortal. Turquía respondió “neutralizando” a más de 50 soldados sirios, destruyendo dos transportes blindados, dos camionetas y un sistema antiaéreo, según informó el medio de comunicación turco Daily Sabah.