Bahréin nombró el jueves a su primer embajador en Siria en más de una década, informó la agencia estatal de noticias del archipiélago, la última señal de un mayor acercamiento a Damasco por parte de los países árabes del Golfo.
El decreto del rey de Bahréin, Hamad bin Isa Al Khalifa, se produjo en un momento en el que más países árabes están mejorando sus relaciones con Damasco, casi 11 años después del estallido de la guerra civil en Siria, que ha matado a cientos de miles de personas y ha destruido gran parte del país.
Al principio del conflicto, Estados árabes como Arabia Saudita y Qatar se apresuraron a respaldar a los combatientes suníes que luchaban contra las fuerzas del dictador sirio Bashar Assad. Siria fue expulsada de la Liga Árabe, de 22 miembros, en 2011. Los países árabes sancionaron a Damasco y condenaron su uso de la fuerza militar contra la población civil.
Sin embargo, en los últimos años, el ejército sirio ha obtenido una serie de victorias militares clave con la ayuda de Rusia e Irán.
La Agencia de Noticias de Bahréin dijo que el rey nombró a Waheed Mubarak Sayyar como “embajador extraordinario y plenipotenciario del reino en Siria”. La embajada de Bahréin fue reabierta en Damasco en 2018.
El ministro de Asuntos Exteriores de los Emiratos Árabes Unidos visitó Damasco el mes pasado y se reunió con Assad, enviando la señal más clara hasta ahora de que el mundo árabe está dispuesto a volver a comprometerse con el hombre fuerte de Siria.
La mayoría de los países del Golfo, en desacuerdo con su rival regional y potencia chiíta, Irán, buscan vínculos más cálidos con Damasco, con la esperanza de alejarlo de la influencia de Teherán. Irán es un aliado tradicional de Siria y ha enviado asesores y recursos para respaldar a Assad durante el conflicto que estalló en marzo de 2011.