La base aérea rusa de Khmeimim en Siria ha sido atacada por terroristas que utilizaban misiles y drones. Según los medios de comunicación árabes, se escucharon explosiones hasta la ciudad costera de Jableh. El Ministerio de Defensa ruso declaró que el ataque con misiles fue exitosamente repelido y los drones interceptados.
Según el Ministerio, dos drones fueron destruidos. No hubo víctimas ni daños materiales, informó la agencia de noticias rusa RIA Novosti.
Este no es el primer ataque de este tipo contra la base aérea rusa en Siria. Uno de los últimos ataques con el uso de los drones ocurrió a finales de junio. Entonces el Ministerio de Defensa ruso señaló que la Defensa Aérea rusa rechazó el ataque. Los militantes intentaron atacar la base usando dos drones.
La Defensa Aérea de Rusia también tuvo que repeler los ataques con cohetes contra Khmeimim. En mayo se produjeron varios ataques de este tipo. Todos los misiles fueron detectados y destruidos por la defensa aérea.
El 8 de agosto, dispararon cuatro cohetes en un intento de golpear la base. Todos los proyectiles no pudieron alcanzar sus objetivos cuando explotaron en el aire. Sin embargo, dos civiles de un pueblo cercano murieron en el incidente y otros cuatro resultaron heridos.
A principios de esta semana, los extremistas intentaron bombardear la base, pero la instalación no se vio afectada mientras el ataque dejó a otros cuatro civiles heridos. El 6 de mayo, las instalaciones fueron bombardeadas infructuosamente por docenas de cohetes.
Los ataques a la base coincidieron a veces con ofensivas militantes en la provincia de Idlib, donde gran parte del territorio sigue controlado por islamistas radicales como el grupo terrorista Hayat Tahrir ash-Sham (antes conocido como el Frente Al-Nusra, un afiliado de Al-Qaeda). Durante una de esas ofensivas a finales de mayo, la base fue atacada por 17 misiles, que fueron interceptados o se quedaron cortos.
La base Khmeimim también ha sido blanco de los drones en numerosas ocasiones en los últimos años. En 2018, la instalación fue testigo de al menos siete de esos ataques entre mayo y agosto, algunos de los cuales se produjeron con 24 horas de diferencia entre sí.