Al menos ocho personas murieron el miércoles cuando el ejército del régimen de Bashar al Assad lanzó misiles que alcanzaron un refugio para familias desplazadas en el noroeste de Siria, dijeron testigos y residentes, según informa Reuters.
Cinco niños se encontraban entre los muertos que provocó el ataque a una escuela abandonada en la ciudad de Sarmin, en la provincia de Idlib, dijeron dos médicos, añadiendo que más de 16 personas resultaron heridas.
El edificio de la escuela estaba siendo utilizado por familias que huían de una campaña de bombardeos apoyada por Rusia en Idlib, el último bastión de la oposición en el noroeste.
Sarmin se encuentra entre las ciudades y pueblos que han sido golpeados implacablemente por los aviones rusos y la artillería siria desde que se reanudó el asalto del gobierno el mes pasado, a pesar del acuerdo alcanzado en septiembre pasado por los líderes de Turquía, Rusia e Irán para aliviar las tensiones.
Los misiles tierra-tierra disparados por el ejército del régimen de Assad mataron al menos a 11 niños en un campamento de la aldea de Qah en Idlib el 20 de noviembre, según médicos y testigos.
La semana pasada, las Naciones Unidas dijeron que 235.000 civiles habían huido de sus hogares en solo dos semanas entre el 12 y el 25 de diciembre.
La campaña encabezada por Rusia, que comenzó en abril de 2019, ha obligado a por lo menos 500.000 personas a partir hacia zonas más cercanas a la frontera con Turquía, que los aviones rusos rara vez alcanzan.
Los servicios de rescate y los testigos dicen que la campaña de bombardeos que ha matado a varios miles de civiles ha dejado muchos pueblos en ruinas y ha tumbado docenas de centros médicos.
El presidente estadounidense Donald Trump se pronunció la semana pasada contra la “carnicería” en Idlib. Moscú y Damasco niegan las afirmaciones de bombardeo indiscriminado de civiles, diciendo que están luchando contra militantes jihadistas.