Cerca de 650 clérigos drusos de Siria atravesaron la frontera hacia Israel el viernes para conmemorar la festividad de Ziyara en la tumba de Nabi Shuaib, en la Baja Galilea. La visita, la segunda desde la caída de Bashar al-Assad en diciembre, marcó la festividad de cuatro días en honor al profeta Shuaib, identificado con cazaro, figura bíblica. El santuario, ubicado cerca de Hittin, al oeste de Tiberíades, constituye el lugar más sagrado para la fe drusa.
Las autoridades israelíes aprobaron el ingreso del grupo, aunque Abu Yazan, funcionario de Hader en los Altos del Golán sirio, reveló que los clérigos solicitaron permanecer una semana, pero solo recibieron permiso para una noche. El nuevo gobierno sirio, informado del traslado, no emitió comentarios, según un medio local.
La comunidad drusa, distribuida entre Israel, Líbano y Siria, donde representa el 3% de la población, aprovechó la peregrinación para reunir a familias separadas. Algunos parientes se encontraron por primera vez. Nazih Dabbur, jefe del Consejo Regional de Beit Jann, expresó su emoción por conocer a primos de Sweida y Jaramana. “Mi padre, de 97 años, viajó para este encuentro; nada supera esta emoción”, afirmó a Ynet.
Ruslan al-Babur, primo de Dabbur y jeque sirio, lamentó entre lágrimas las políticas de Assad, que buscaban “desconectar” a los drusos de sus familiares en Israel. “Espero que estos lazos persistan; esto es crucial para nosotros”, dijo, calificando las acciones del régimen como “crueles e inhumanas”.
Muafak Tarif, líder espiritual de los drusos en Israel, describió la visita como “histórica”. “Los reencuentros de hoy reflejan el vínculo indestructible de nuestra comunidad”, afirmó a Ynet. “Emociona presenciar a hermanos que no se veían en más de 50 años o a abuelos que conocieron a sus nietos esta noche”.
El festival de Ziyara, celebrado del 25 al 28 de abril, incluye ceremonias masivas y reuniones de líderes drusos para abordar temas religiosos. Una peregrinación similar, pero menor, ocurrió el mes pasado, cuando 60 clérigos sirios visitaron el santuario y regresaron el mismo día.
Israel organizó estas visitas tras el derrocamiento de Assad, mostrando apoyo a los drusos sirios, aunque mantiene cautela ante el liderazgo islamista en Damasco. Desde 1967, Israel controla los Altos del Golán, anexionados en 1981, un movimiento reconocido por Estados Unidos, pero rechazado por gran parte del mundo.
Tras la caída de Assad, Israel intensificó operaciones en Siria, con ataques aéreos y el despliegue de tropas en una zona desmilitarizada en la frontera siria. Jerusalén justificó estas acciones como defensivas y temporales, aunque el ministro de Defensa, Israel Katz, afirmó que las fuerzas permanecerán “indefinidamente”.
En marzo, tras un choque mortal en Damasco entre fuerzas gubernamentales y combatientes drusos, Katz prometió proteger a la comunidad drusa de Siria. Además, un portavoz israelí confirmó la entrega de 10.000 paquetes de ayuda humanitaria a los drusos sirios, en un gesto de “alianza sólida” con la comunidad.