El gobierno sirio y sus aliados celebran el levantamiento definitivo de las sanciones más draconianas. La Cancillería agradece a Estados Unidos la derogación y afirma que esto “contribuirá a aliviar las cargas sobre el pueblo sirio y abrirá el camino a una nueva fase de recuperación y estabilidad”.
En el mismo comunicado, Exteriores insta a empresarios sirios e inversores extranjeros a que “exploren oportunidades de inversión y participen en la reconstrucción”. El Banco Mundial valora esa tarea en $216.000 millones, cifra estimada que fija la dimensión financiera del plan y su alcance nacional.
El gobernador del Banco Central, Abdulkader Husrieh, sostiene que la derogación de la Ley César favorecerá la reintegración de Siria en el sistema financiero internacional. La decisión, señala, habilita al país a solicitar una calificación crediticia soberana y a recomponer relaciones financieras con el exterior.
Husrieh adelanta el inicio: “Probablemente Siria comenzará con una calificación baja, lo cual es normal en países que salen de conflictos”, afirma. También resalta su utilidad: “El verdadero valor reside en el referente establecido por la calificación y en la hoja de ruta que proporciona para la mejora”.
Turquía, Arabia Saudí y Qatar también aplauden el levantamiento. Son aliados del gobierno en Damasco, encabezado por el presidente interino Ahmad al-Sharaa. En un discurso por el fin de las sanciones, Sharaa agradece a los tres líderes y a Trump. Exteriores turco publica un comunicado de su portavoz, Oncu Keceli.
“Esperamos que este paso contribuya a fortalecer la estabilidad, la seguridad y la prosperidad en Siria promoviendo aún más la cooperación internacional para la reconstrucción y el desarrollo del país”. Arabia Saudí también elogia “el papel significativo y positivo que desempeñó el presidente estadounidense Donald Trump”.
