Aziz Azbar, científico sirio a la cabeza de un centro de investigación vinculado al desarrollo de armas químicas, que fue bombardeado por Israel en el pasado, fue asesinado en un bombardeo, de acuerdo con informes sirios de la madrugada del domingo.
Aziz Azbar, el jefe del Centro de Investigación Científica y Estudios Sirios en Masyaf, fue asesinado junto con su conductor en un bombardeo el sábado por la noche, según los informes.
Las muertes fueron reportadas por varios medios de comunicación sirios y libaneses, así como por el Observatorio Sirio de Derechos Humanos del Reino Unido para el control de la guerra y una página de Facebook supuestamente vinculada al ejército sirio.
Aziz Azbar era cercano al presidente sirio, Bashar Assad, y del régimen iraní, que se pensaba que estaba utilizando las instalaciones para el desarrollo de armas, según el observatorio.
Según algunos informes, el automóvil de Azbar y su conductor explotaron cuando un transeúnte logró colocarle una bomba.
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No hubo confirmación oficial de su muerte.
El Centro de Estudios e Investigaciones Científicas de Masyaf, también conocido por su acrónimo francés CERS, ha sido blanco de al menos dos ataques aéreos informados atribuidos a Israel, incluido uno a fines de abril que, según se dice, mató a varios iraníes.
Los funcionarios occidentales han asociado durante mucho tiempo al CERS con la producción de armas químicas. Los informes también indican una operación de misiles iraní en el sitio.
Luego del ataque de julio en el sitio fuera de Hama, en el norte de Siria, el observatorio dijo que el ataque aéreo tenía como objetivo un “taller supervisado por iraníes donde se fabrican misiles superficie-superficie”.
Israel no hace comentarios sobre los informes de ataques aéreos en Siria, pero ha dicho que trabajará para mantener las armas avanzadas fuera de las manos de los terroristas y ha prometido evitar que Irán se establezca en el país.
En abril de 2017, la administración Trump impuso sanciones a cientos de empleados de CERS luego de un ataque químico contra la ciudad siria de Khan Sheikhoun, controlada por los rebeldes, que causó la muerte de docenas de civiles, incluidos niños.
Otra instalación CERS cerca de Damasco fue bombardeada por fuerzas estadounidenses, británicas y francesas en abril después de otro ataque químico.
El régimen sirio ha sido acusado de docenas de ataques con gases que han matado a cientos de civiles durante la guerra, incluso después de que dijera que estaba renunciando a sus reservas.
Un alto miembro de la oposición siria, citando a funcionarios de seguridad que aún trabajaban para el régimen en aquel momento, dijo al Times of Israel en 2014 que las fuerzas de Assad estaban almacenando sustancias químicas y misiles que portaban ojivas químicas en el sitio, que no estaban disponibles para los inspectores encargados de garantizar la destrucción de las armas.