El enviado estadounidense a Siria, Tom Barrack, exhortó al presidente sirio Ahmed al-Sharaa a modificar sus políticas tras un brote de violencia sectaria en Sweida. Durante conversaciones privadas, Barrack recomendó revisar la estructura militar previa al conflicto, reducir el adoctrinamiento islamista y buscar cooperación en seguridad regional. Afirmó que sin un cambio inmediato, Sharaa podría perder respaldo internacional y agravar la fragmentación interna.
En entrevista con Reuters en Beirut, Barrack declaró que Sharaa debe reaccionar con rapidez para evitar el aislamiento. “Me voy a adaptar rápidamente, porque si no lo hago, perderé la energía del universo que me respaldaba”, citó Barrack sobre lo que el presidente debería expresar. Agregó que Sharaa podría rectificar su postura presidencial y abandonar un lema que, según él, “no está funcionando tan bien”.
Ahmed al-Sharaa, antiguo líder de una facción de Al Qaeda, asumió el poder tras encabezar la ofensiva que derrocó a Bashar al Assad en diciembre pasado. Pese a sus antecedentes, prometió protección a las minorías sectarias del país. Sin embargo, esta promesa se ha visto cuestionada por las masacres de alauitas en marzo y los recientes enfrentamientos en el suroeste, que han debilitado su credibilidad en sectores opositores.

Los combates recientes en Sweida provocaron cientos de muertes entre drusos, tribus beduinas sunitas y fuerzas leales a Sharaa. Israel intervino con bombardeos aéreos para frenar lo que describió como una masacre contra la comunidad drusa. Barrack señaló que el gobierno debe avanzar con mayor rapidez hacia una estructura más inclusiva y negó que las fuerzas de seguridad sirias fueran responsables de abusos contra civiles drusos.
El funcionario estadounidense sugirió que terroristas del Estado Islámico podrían haber utilizado uniformes del gobierno para cometer esos crímenes. Rechazó la validez de los videos publicados en redes sociales al considerarlos susceptibles de manipulación. “Estas atrocidades no las cometen las tropas del régimen sirio. Ni siquiera están en la ciudad porque acordaron con Israel no entrar”, declaró Barrack.
Estados Unidos colaboró la semana pasada en la mediación de un alto el fuego que detuvo los enfrentamientos iniciados el 13 de julio entre facciones drusas y combatientes beduinos. Barrack afirmó que la guerra en Siria representa un riesgo grave, sin una alternativa clara al actual régimen islamista. “Con este régimen sirio, no hay plan B. Si este régimen fracasa, alguien está intentando incitarlo a fracasar”, dijo.
Consultado sobre la posibilidad de que Siria siga escenarios similares a los de Libia o Afganistán, Barrack respondió: “Sí, o incluso peores”. Indicó que Estados Unidos no respalda los bombardeos israelíes sobre Siria y advirtió que estos han incrementado la confusión en la guerra. Israel considera a los gobernantes actuales como una amenaza y ha prometido proteger a la minoría drusa del sur del país.

Barrack instó a Israel a establecer un diálogo con Estados Unidos para atender sus preocupaciones respecto a los líderes sunitas en Siria. Propuso que Washington podría actuar como intermediario en futuras conversaciones. Recordó que Sharaa manifestó desde el inicio de su mandato que Israel no era un enemigo y expresó disposición a normalizar relaciones en el futuro.
Finalmente, Barrack afirmó que Estados Unidos no impone un modelo político específico para Siria. Subrayó que los principios requeridos son la estabilidad, unidad, equidad e inclusión. Si el país opta por una estructura federalista, esa sería una decisión soberana, y todas las partes involucradas deberán adaptarse a ella.