Diplomáticos estadounidenses se reúnen con líderes del HTS en Damasco, abordando la transición política y temas de seguridad tras la caída de Assad.
Histórico contacto directo entre Washington y HTS
Por primera vez, representantes de Estados Unidos han sostenido reuniones en persona con los líderes de facto de Siria, encabezados por Hayat Tahrir al-Sham (HTS). Este encuentro se llevó a cabo tras la reciente caída del régimen de Bashar al-Assad, marcando un punto clave en la transición política del país. Durante las reuniones, se trataron temas relacionados con el futuro político de Siria y la lucha contra ISIS.
Entre los asistentes estadounidenses estuvieron Barbara Leaf, diplomática del Departamento de Estado para Oriente Medio; Roger Carstens, enviado presidencial para Asuntos de Rehenes; y Daniel Rubinstein, asesor encargado de liderar las gestiones en Siria. Este viaje constituye la primera visita oficial de diplomáticos estadounidenses a Damasco desde 2012, cuando se rompieron las relaciones diplomáticas con Siria.
Un portavoz del Departamento de Estado declaró que las reuniones incluyeron conversaciones con representantes de HTS sobre “los principios de transición respaldados por Estados Unidos” y asuntos regionales prioritarios, como la lucha contra ISIS. Además, la delegación sostuvo encuentros con miembros de la sociedad civil y comunidades sirias, con el fin de conocer su visión sobre el futuro del país y explorar posibles formas de apoyo.
Puntos clave de la reunión y transición política
- Estados Unidos busca garantizar el respeto a los derechos de las minorías y la inclusión en el proceso de transición en Siria.
- Washington considera si eliminar la designación de grupo terrorista a HTS, liderado por Ahmed al-Sharaa.
- Se discutió la situación del periodista estadounidense Austin Tice, desaparecido desde 2012.
- El régimen provisional de HTS en Idlib gobernará durante tres meses, mientras se estructura un gobierno transnacional.
Retos tras la caída del régimen de Assad
El reciente derrocamiento de Bashar al-Assad ha puesto fin a 13 años de guerra civil en Siria. Sin embargo, persisten las incertidumbres respecto a si las fuerzas lideradas por Abu Mohammed al-Julani garantizarán una transición política ordenada. La guerra dejó un saldo devastador, con cientos de miles de muertos, millones de desplazados y la economía siria severamente afectada.
El gobierno provisional de HTS en la provincia de Idlib enfrenta desafíos para estabilizar el país y avanzar hacia un modelo político más inclusivo. No obstante, persisten las preocupaciones de que el grupo pueda implementar un régimen islámico estricto que excluya a minorías y mujeres de la vida pública.
En el ámbito internacional, Estados Unidos ha reiterado su preocupación sobre un posible resurgimiento de ISIS. Como parte de las operaciones antiterroristas, se confirmó un ataque aéreo en la provincia de Deir Ezzor que eliminó a dos líderes del Estado Islámico, según reportó el Comando Central de EE. UU. (CENTCOM).
Controversias y tensiones en la nueva administración
Las designaciones previas de Ahmed al-Sharaa, también conocido como Abu Mohammed al-Julani, como terrorista, generan divisiones respecto a las futuras relaciones con el grupo. Estados Unidos había acusado anteriormente a HTS de realizar atentados suicidas y promover una visión violenta y sectaria durante su etapa como Frente Nusra, una filial de Al Qaeda en Siria.
Por su parte, al-Julani rechaza estas acusaciones y defiende que su grupo no respalda el asesinato de civiles inocentes. Mientras tanto, líderes internacionales analizan las implicaciones de reconocer al HTS como actor político legítimo en el escenario sirio.
En Damasco, miles de ciudadanos se congregaron en la plaza Ummayad para expresar apoyo al nuevo gobierno transnacional. Sin embargo, persisten los temores de que la nueva administración se incline hacia un modelo autoritario de corte religioso. Críticas recientes surgieron cuando un portavoz del gobierno de transición afirmó que “la naturaleza biológica y fisiológica” de las mujeres las limita para ciertos roles en el ámbito gubernamental.
Desafíos sociales y expectativas del pueblo sirio
Los efectos de la guerra han dejado profundas cicatrices en la sociedad siria. Muchos ciudadanos, como Maram, una mujer de 62 años, expresan cautela frente a la nueva administración. Tras años de opresión y conflicto, las esperanzas están puestas en que el nuevo gobierno pueda restaurar la estabilidad, aunque permanecen atentos a cualquier señal de abuso de poder.
Maram relató que sus hijos huyeron del país durante la guerra y ahora consideran regresar para participar en la reconstrucción de Siria. Sin embargo, la incertidumbre sobre el rumbo político y social del país sigue siendo una preocupación central para los sirios.