DAMASCO, Siria – El ministro egipcio de Asuntos Exteriores, Sameh Shoukry, llegó el lunes a Damasco, el último ejemplo de acercamiento árabe al gobierno sirio, aislado internacionalmente desde que éste y Turquía se vieran afectados por un devastador terremoto.
El viaje de Shoukry muestra “solidaridad con Siria ante las consecuencias del terremoto”, dijo la agencia oficial de noticias SANA, añadiendo que fue recibido en el aeropuerto de Damasco por su homólogo Faisal Mekdad.
El Ministerio de Asuntos Exteriores egipcio declaró que la visita de Shoukry, que también tiene previsto visitar Turquía, era “un mensaje de solidaridad de Egipto con estos dos países hermanos tras el terremoto” del 6 de febrero, que causó casi 46.000 muertos en ambos países.
El Cairo mantiene tensas relaciones con ambos países desde hace una década.
Tras el seísmo, el presidente egipcio, Abdel-Fattah el-Sissi, llamó a su homólogo sirio, Bashar Assad, en el primer intercambio oficial entre ambos dirigentes.
Shoukry también habló con Mekdad, y Egipto envió tres aviones y dos barcos cargados de ayuda humanitaria al país árabe afectado por el terremoto.
Assad ha estado políticamente aislado en la región desde el comienzo de la guerra civil de 12 años en Siria.
Aunque El Cairo y Damasco han mantenido en gran medida sus relaciones durante el conflicto, la Liga Árabe, con sede en El Cairo, suspendió a Siria en 2011 y algunos otros países árabes han roto sus lazos con él.
Pero desde el terremoto, el presidente sirio ha recibido llamadas y ayuda de los líderes árabes, un impulso que, según los analistas, podría aprovechar para reforzar el apoyo regional.
El domingo, una delegación de líderes parlamentarios árabes se reunió con Assad en Damasco, entre ellos el presidente del Parlamento egipcio, Hanafy al-Gebali.
Los medios de comunicación estatales egipcios lo describieron como “el funcionario egipcio de mayor rango que visita Damasco” en más de una década.
La postura oficial de Egipto sobre Siria ha abogado por “una solución política”, evitando discutir el destino del propio Assad, cuya salida exigen desde hace tiempo varios líderes árabes.