IDLIB, Siria – Rusia se está presentando como “protectora del patrimonio humano” en Siria al restaurar sitios arqueológicos en todo el país devastado por la guerra. El 26 de julio, el jefe del Centro de Gestión de la Defensa Nacional del Ministerio de Defensa ruso, Mikhail Mizintsev, anunció que el Instituto de Historia de la Cultura Material de la Academia Rusa de Ciencias y la Dirección General de Antigüedades y Museos en Siria comenzaron a trabajar para preservar los sitios del patrimonio cultural en Siria.
La declaración de Mizintsev se produjo al margen de una reunión que presidió con representantes del gobierno sirio en una conferencia sobre el retorno de los refugiados y desplazados sirios, celebrada el 26 de julio.
“Gracias a los esfuerzos realizados por la Academia Rusa de Ciencias, el Instituto de Historia de la Cultura Material y los representantes de la Dirección General de Antigüedades y Museos en Siria, se inició un trabajo decisivo en el estudio y la preservación de los sitios del patrimonio cultural sirio y de los hitos del patrimonio mundial como Palmira”, añadió Mizintsev.
Señaló que se están llevando a cabo otras actividades conjuntas en el ámbito de los proyectos humanitarios para apoyar y desarrollar a los niños con talento, y se están organizando programas especiales en Rusia para los huérfanos sirios en los ámbitos de la educación, el entretenimiento y la mejora de la salud.
El ministro de Asuntos Exteriores ruso, Serguéi Lavrov, ha hecho un llamamiento a la comunidad internacional para que actúe en la restauración de los sitios del patrimonio mundial en Siria.
En un artículo que escribió con motivo del 75º aniversario de la fundación de la UNESCO en noviembre de 2020, Lavrov dijo: “Ha llegado el momento de que la comunidad internacional, encabezada por la UNESCO, tome medidas eficaces para restaurar los sitios del patrimonio mundial en Siria que fueron destruidos a manos de los terroristas”, subrayando que Rusia está “dispuesta a contribuir a esta cuestión”.
Señaló que “los Estados miembros tienen un interés común en reducir el grado de politización, que restringe la eficacia de la UNESCO”. Además, subrayó la necesidad de evitar “ajustes de cuentas”.
En febrero de 2020, la revista internacional OZY publicó un artículo titulado “¿El próximo objetivo de Rusia en Siria? Es el patrimonio”, en el que afirmaba que la historia antigua puede ser la última vía de Rusia para ganar influencia en Oriente Medio.
Un informe del Instituto de Oriente Medio de septiembre de 2020 titulado “¿A quién pertenece el patrimonio cultural de Siria?”, afirmaba que el dictador sirio Bashar Assad “entiende muy bien que la manipulación política del patrimonio cultural es una poderosa herramienta en el arsenal del poder blando” para encarnarse como la única alternativa al caos.
El informe decía que “la destrucción sistemática por parte [del Estado Islámico (ISIS)] de lugares históricos de gran importancia en Siria e Irak, como Palmira, sirvió para hacer aún más plausible la narrativa de Assad: ‘Es Assad o los extremistas’”.
En este contexto, Saad Fansa, un investigador sirio de historia y arqueología afincado en Estados Unidos y fundador de la editorial Washington International Publishing House, dijo: “Hoy, Rusia ha puesto su mano en las capacidades de Siria con una escritura de venta definitiva firmada por Assad. Creo que Rusia quiere transmitir un mensaje simbólico al mundo mejorando su imagen cultural. Creo que busca sobre todo obtener financiación de las organizaciones internacionales, la principal de las cuales es la UNESCO, entre otras”.
Fansa explicó que “se trata de enormes fondos que suelen destinarse a la gestión de lugares protegidos internacionalmente, pero que [podrían] filtrarse a los bolsillos del sistema de corrupción habitual de regímenes totalitarios como Rusia y el régimen sirio. Estas dos últimas partes carecen de las normas mínimas de transparencia y responsabilidad, y el descubrimiento de nuevos yacimientos arqueológicos mediante excavaciones podría tener el mayor impacto para alimentar los museos rusos con un nuevo lote de antigüedades”.
Y señaló: “Mientras tanto, Irán también tiene una participación en Siria, aunque menor, y los objetivos de Irán en Siria difieren de los de Rusia. Las operaciones de saqueo de antigüedades y de excavación de tierras y yacimientos arqueológicos son llevadas a cabo por todas las partes en Siria: los rusos, las milicias chiíes y los turcos”.
Fansa señaló que la Ley de Antigüedades de Siria otorgaba amplios poderes a los centros de investigación arqueológica e impedía explícitamente la excavación de artefactos descubiertos a través de misiones extranjeras, salvo para su examen, siempre que se devolvieran a los museos nacionales. “Pero por lo que sé, algunos artefactos salieron [de Siria] y nunca volvieron”.
Ahmed Hassan, un periodista sirio residente en Turquía, dijo a Al-Monitor: “Rusia se está centrando actualmente en las formas de evitar las sanciones internacionales, y por ello apunta a los sectores de la salud, la educación y las antigüedades en Siria. También busca la financiación de la ONU, que solo es posible en los sectores mencionados. Rusia pretende además dar una cobertura civilizada a su participación militar en Siria”.
Explicó que “con estas medidas, Rusia utiliza la propaganda para refutar las acusaciones de matar a civiles con sus bombas. Sus objetivos son sobre todo económicos, representados en la posibilidad de atraer financiación internacional y mejorar su imagen”.