El número de víctimas mortales a causa de la violencia en la provincia de Sweida, considerada el bastión de la minoría drusa en Siria, se ha elevado a 940 desde el pasado fin de semana, a pesar del anuncio de un alto el fuego, según informó un observatorio de guerra.
El Observatorio Sirio de Derechos Humanos señaló que entre los muertos se encuentran 326 combatientes drusos y 262 civiles de la misma comunidad, de los cuales 182 fueron “ejecutados sumariamente por efectivos de los ministerios de Defensa y del Interior”.
El informe también incluye a 312 agentes de seguridad del gobierno y a 21 beduinos suníes, entre ellos tres civiles que fueron “ejecutados sumariamente por combatientes drusos”. Además, el observatorio indicó que otros 15 efectivos gubernamentales murieron como consecuencia de bombardeos israelíes.