La Organización para la Prohibición de las Armas Químicas (OPAQ) está exigiendo más información a Siria sobre la supuesta destrucción reciente de dos cilindros de cloro que habían sido vinculados a un ataque mortal de 2018 en la ciudad siria de Douma, según informa The Associated Press.
La OPAQ dijo que el régimen de Siria envió una nota a su secretaría el 9 de julio informando que los dos cilindros fueron destruidos por un ataque aéreo del 8 de junio en una instalación militar siria que albergaba una antigua instalación de producción de armas químicas.
Los medios de comunicación estatales sirios culparon a Israel del ataque aéreo, que al parecer tuvo lugar cerca de la capital siria, Damasco, y en la provincia central de Homs.
El organismo de control dijo que en noviembre los cilindros habían sido almacenados e inspeccionados “en otro sitio declarado a unos 60 kilómetros (unas 38 millas) del lugar en el que supuestamente fueron destruidos” y que se había advertido a Siria “que no debía abrir, mover o alterar los contenedores o su contenido de ninguna manera sin solicitar el consentimiento previo por escrito de la secretaría”.
La agencia dijo que nunca recibió la notificación de que los cilindros habían sido trasladados hasta que fue informada de su destrucción. Añadió que pidió a Siria que proporcionara “toda la información pertinente sobre el traslado de los dos cilindros y cualquier resto de su destrucción”.
La OPAQ también dijo recientemente que una investigación encontró que la fuerza aérea siria utilizó el arma química cloro en un ataque en Saraqib el 4 de febrero de 2018.
Siria, que niega repetidamente tener cualquier conexión con los ataques con armas químicas en Siria, rechazó la investigación de la OPAQ y dijo que era “fabricada”.
La OPAQ ha publicado en varias ocasiones informes en los que constata el uso de armas químicas contra civiles en Siria. Sin embargo, no dijo explícitamente que esos ataques fueron realizados por el régimen de Assad hasta un informe publicado en abril de 2020.
En marzo de 2019, un informe emitido por una misión de investigación del organismo de vigilancia que encontró “motivos razonables” de que el cloro se utilizó en un ataque mortal en el suburbio oriental de Damasco de Douma en 2017.
En abril, el organismo mundial de control de armas químicas despojó a Siria de su derecho a voto como castigo por los ataques con gas venenoso.