Estados Unidos pidió el viernes al gobierno sirio que dimita como presidente de la Conferencia de Desarme de armas químicas, respaldada por la ONU, programada para la próxima semana, citando el uso repetido del régimen de armas químicas contra objetivos civiles durante la guerra civil que duró años.
Diplomáticos estadounidenses dijeron el viernes durante un debate en la ONU que el gobierno de Bashar Assad “no tiene la legitimidad ni la autoridad moral” para liderar los esfuerzos mundiales de desarme. Funcionarios franceses y británicos también se opusieron a que Damasco sirva como jefe de la Conferencia, y un diplomático de París calificó el nombramiento de “particularmente cínico”.
Washington pidió a Rusia que ponga fin a su “apoyo ciego” al régimen de Assad e insta a Siria a retirarse como presidente de la Conferencia.
“La presidencia de Siria socavará este organismo y degradará a esta institución, y esto es algo que no debería suceder”, dijo un diplomático estadounidense.
Durante el debate, el embajador de Siria en la ONU, Hussam Alaa, criticó duramente a los EE. UU., El Reino Unido y Francia por los objetivos del régimen en los bombardeos en respuesta a los ataques químicos. Alaa afirmó que los tres países estaban “exhibiendo selectividad y dobles estándares en su enfoque del sistema internacional para combatir las armas químicas sin tomar en cuenta los peligros reales que amenazan al mundo”.
Más tarde el viernes, el jefe de la ONU Antonio Guterres dijo a los periodistas que no tenía el poder para anular el sistema de rotación que seleccionó a Siria para presidir la conferencia de 2018, pero dijo que esperaba que la participación de Siria no tenga un “impacto negativo” en los esfuerzos internacionales de desarme.
El jefe de la ONU también expresó su preocupación por la situación en Siria, devastada por la guerra, y en particular por el uso repetido de armas químicas allí.
Guterres pidió “pasos para terminar y evitar el uso de otras armas de destrucción masiva, especialmente armas químicas”.
Señaló que, desde 2014, una misión de investigación de las Naciones Unidas había examinado 83 incidentes relacionados con el supuesto uso de armas químicas en la Siria devastada por la guerra, y había determinado hasta el momento que esas armas se habían utilizado en 14 casos.
“Cada uso es un crimen según el derecho internacional. Su uso generalizado también puede constituir un crimen contra la humanidad”, advirtió Guterres.
Guterres anunció la creación de un “nuevo e imparcial mecanismo” para identificar a quienes usan armas químicas en Siria.