El líder de Hezbolá, Naim Qassem, afirmó que el grupo terrorista libanés perdió su vía de abastecimiento en Siria tras el derrocamiento del presidente Bashar al-Assad, ocurrido hace casi una semana durante una extensa ofensiva rebelde.
Sin mencionar directamente a Assad, Qassem señaló que el grupo no puede emitir juicios sobre el nuevo gobierno en Siria hasta que el país alcance la estabilidad.
Además, Qassem advirtió que los nuevos gobernantes sirios no deberían reconocer a Israel ni establecer relaciones con ese país.
“Esperamos que este nuevo partido en el poder vea a Israel como un enemigo y no normalice las relaciones con él”, declaró Qassem en un discurso televisado, el primero desde la caída de Assad el 27 de noviembre, coincidiendo con la entrada en vigor de un alto el fuego entre Israel y Hezbolá.