Un informe de la ONG Human Rights Watch acusa a Israel de desplazar por la fuerza a sirios en zonas del sur de Siria donde el ejército ha tomado el control, demolir casas e impedir que las personas accedan a tierras agrícolas en áreas donde se construyen instalaciones militares.
Las tropas de las Fuerzas de Defensa de Israel tomaron el control del territorio a lo largo de la frontera en diciembre de 2024, tras la caída del dictador sirio Bashar al-Assad, y operan a menos de 15 kilómetros de la frontera para frustrar las amenazas a Israel, incluido el atrincheramiento de grupos armados respaldados por Irán.
“En lugar de responder a una amenaza inmediata, las fuerzas israelíes parecen haber despejado y destruido casas como parte de una estrategia más amplia para afianzar su presencia militar”, afirma un comunicado del grupo respecto a las acciones israelíes documentadas en la aldea de al-Hamadiya, en el que se acusa a las FDI de crímenes de guerra.
El informe indica que las FDI defendieron sus acciones como cumplimiento del derecho internacional, alegando que las demoliciones responden a una “necesidad operativa”.
El informe también acusa a Israel de arrestar a sirios y trasladarlos a través de la frontera, acciones que, según el documento, las FDI admitieron, al tiempo que justifican las medidas como basadas en inteligencia y sujetas a supervisión judicial.