Tropas israelíes capturaron a cuatro sirios en una incursión nocturna en la aldea de Jamlah, ubicada en el sur de Siria cerca de la frontera. Según el canal Sham TV, una patrulla de las Fuerzas de Defensa de Israel penetró en el área, instaló un puesto de control y trasladó a los detenidos. Las autoridades israelíes guardaron silencio sobre el incidente. Este evento resalta las tensiones persistentes en la región.
Desde la caída del régimen de Bashar al-Assad en diciembre de 2024, Israel mantiene nueve puestos militares en el sur de Siria, concentrados en la zona de amortiguación bajo vigilancia de la ONU. Las operaciones se extienden hasta 15 kilómetros dentro del territorio sirio. Israel justifica estas acciones porque busca neutralizar armas que podrían amenazar su seguridad si grupos hostiles las obtienen.
Ahmed Al-Sharaa, presidente sirio, pronunció un discurso ante la Asamblea general de la ONU el 24 de septiembre. En esa ocasión, condenó los ataques israelíes repetidos contra su nación. Al mismo tiempo, reafirmó el compromiso de Damasco con el Acuerdo de Separación de Fuerzas de 1974. Además, expresó solidaridad con el pueblo de Gaza y demandó el cese inmediato de la guerra allí.

Según informes del Canal 12, Estados Unidos impulsa una reunión en Nueva York entre Sharaa, el primer ministro Benjamín Netanyahu y el presidente Donald Trump. Este encuentro podría ocurrir en los próximos días. Sharaa se convirtió en el primer líder sirio que se dirige a la Asamblea en seis décadas, lo que marca un hito diplomático significativo.
En su alocución, Sharaa acusó al régimen de Assad de atrocidades extremas contra el pueblo sirio. Detalló el uso de tortura, armas químicas y bombardeos que destruyeron el país y atrajeron combatientes extranjeros. Estimó que el gobierno anterior causó un millón de muertes, desplazó a millones y arrasó con dos millones de hogares.
Sharaa explicó que los sirios formaron fuerzas militares para derrocar al régimen criminal. Describió la operación como una acción que priorizó la tolerancia y evitó daños a civiles. destacó que el enfoque se centró en la justicia sin venganza, lo que permitió recuperar derechos y lograr la victoria.
Como resultado de estos cambios, Sharaa afirmó que Siria pasó de generar crisis a ofrecer oportunidades de paz para la región. Prometió eliminar el sectarismo y contrarrestar divisiones futuras. Sin embargo, denunció la continuidad de los ataques israelíes, a pesar del respaldo internacional que recibe su país.
Advirtió que tales agresiones generan riesgos de nuevas crisis y conflictos regionales. A pesar de esto, Sharaa subrayó el compromiso sirio con el diálogo y el respeto al Acuerdo de 1974. Instó a la comunidad internacional a respaldar a Siria frente a estos desafíos.

Israel, por su parte, avanzó en diciembre para controlar territorio fronterizo y suspendió temporalmente el acuerdo de 1974 hasta restablecer el orden en Siria. Esta medida respondió al derrocamiento de Assad por las fuerzas de Sharaa. Ahora, las negociaciones para un pacto de seguridad enfrentan un último obstáculo.
Cuatro fuentes cercanas a las conversaciones revelaron que Israel exige un corredor humanitario hacia la provincia de Sweida para asistir a la comunidad drusa. Esta demanda surgió inesperadamente y complica el acuerdo. Las partes delinearon términos generales en diálogos mediados por Estados Unidos en Bakú, París y Londres.
Las negociaciones aceleraron antes de la Asamblea de la ONU. El pacto propone una zona desmilitarizada que incluya Sweida. La violencia sectaria en julio mató a cientos de drusos allí, lo que motivó la preocupación israelí. Israel alberga 120.000 drusos, muchos de los cuales sirven en su ejército.
Israel realizó ataques en Siria para proteger a esta minoría. En rondas previas en París, solicitó un corredor terrestre para ayuda, pero Siria lo rechazó por violar su soberanía. Fuentes israelíes, sirias y estadounidenses confirmaron que la exigencia reapareció en etapas finales.
Esta insistencia israelí bloqueó el anuncio del acuerdo esta semana, según una fuente siria y otra en Washington. El detalle no se había divulgado antes. Ninguna entidad oficial, como el Departamento de Estado o los ministerios involucrados, respondió a consultas sobre el pacto o los desacuerdos.
