Funcionarios de Israel y Turquía sostuvieron una reunión en Azerbaiyán el miércoles para abordar la situación en Siria, según confirmó una fuente diplomática.
Israel dejó clara su posición sobre la situación en el terreno al advertir que cualquier modificación en el equilibrio de fuerzas extranjeras en Siria, especialmente mediante el establecimiento de bases sirias en Tadmor, será considerada una violación inaceptable.
La responsabilidad de evitar este tipo de movimientos recae directamente sobre el nuevo gobierno sirio, liderado por Ahmed al-Sharaa, conocido como Abu Mohammad al-Julani. Israel atribuye a su administración la obligación de contener cualquier intento de intervención turca.
Una fuente diplomática declaró que “cualquier acción que amenace a Israel representará una amenaza directa al régimen de al-Sharaa”.
El contexto de estas declaraciones se relaciona con los recientes bombardeos llevados a cabo por las Fuerzas de Defensa de Israel contra instalaciones militares sirias ubicadas en las bases de Hama y T-4, además de objetivos estratégicos en los alrededores de Damasco.
Autoridades de seguridad explicaron que dichos ataques buscaron frenar una ofensiva que Turquía habría planeado para apoderarse de las zonas golpeadas.
El Ministerio de Asuntos Exteriores de Siria respondió con una fuerte condena, acusando a Israel de intentar desestabilizar la región de manera deliberada.
En su declaración oficial, el gobierno sirio calificó los ataques como “una escalada injustificada” y los señaló como un intento claro de erosionar la estabilidad en Siria.