Israel entregó ayuda humanitaria y equipamiento médico en la ciudad siria de Sweida, de mayoría drusa, durante la noche, en coordinación con Estados Unidos, según informó este domingo la televisión israelí. Paralelamente, fuentes periodísticas y un organismo de observación confirmaron que se había restablecido la calma en la provincia siria, tras una semana de enfrentamientos sectarios entre combatientes drusos y grupos rivales, que dejaron un saldo de más de 1.100 muertos.
De acuerdo con el canal público Kan, Israel coordinó la entrega con Estados Unidos, que a su vez mantuvo comunicación con el gobierno sirio. El medio indicó que, por el momento, no dispone de más información sobre el modo en que se llevó a cabo la operación.
El Ministerio de Salud había anunciado el sábado que las fuerzas de seguridad israelíes entregarían medicinas y equipo médico a un hospital en Sweida gravemente dañado durante los recientes enfrentamientos, tan pronto como se obtuviera la autorización de las autoridades pertinentes.
“Nuestra hermandad con la comunidad drusa es bien conocida, pero más allá de eso, estamos comprometidos con un ‘pacto de vida’. No podemos permanecer indiferentes cuando miembros de esta comunidad —dentro o fuera de Israel— se encuentran en peligro”, declaró el ministro de Salud, Uriel Buso, al referirse a la decisión.
La entrega reportada coincidió con la entrada en vigor de un alto el fuego anunciado el sábado, que parecía mantenerse tras el fracaso de acuerdos previos para poner fin a los combates entre drusos y beduinos, enfrentamientos que terminaron por involucrar al gobierno islamista, al ejército israelí y a tribus armadas de otras regiones de Siria.
Corresponsales de AFP situados en las afueras de la ciudad de Sweida informaron que no se escucharon enfrentamientos durante la mañana del domingo, mientras que fuerzas gubernamentales se desplegaron en diversos puntos de la provincia para hacer cumplir la tregua.
El primer convoy de ayuda humanitaria ingresó a la ciudad el domingo, según declaró el funcionario de la Media Luna Roja, Omar al-Malki, quien agregó que se preveía el ingreso de otros convoyes en los días siguientes.
Explicó que la entrega se llevó a cabo “en coordinación con los organismos gubernamentales y las autoridades locales de Sweida”, bajo control de la comunidad drusa. Entretanto, el gobierno sirio declaró que un grupo druso impidió el ingreso de su propio convoy a la ciudad.
El Observatorio Sirio para los Derechos Humanos afirmó que desde la medianoche, “Sweida experimenta una calma cautelosa”, y añadió que las fuerzas de seguridad gubernamentales habían bloqueado los accesos a la provincia con el fin de impedir la llegada de combatientes tribales.
El Observatorio, con sede en Reino Unido, actualizó el domingo por la noche el balance de víctimas, elevándolo a 1.120 muertos desde el estallido de la violencia hace una semana. Entre ellos se encuentran 427 combatientes drusos, 298 civiles de dicha minoría, 354 efectivos de seguridad del gobierno y 21 beduinos suníes.
Testigos, facciones drusas y el propio Observatorio han acusado a las fuerzas gubernamentales de apoyar a los beduinos y de cometer abusos, incluidas ejecuciones sumarias durante su ingreso en Sweida días atrás.
Calma total
Hanadi Obeid, médica de 39 años, declaró a AFP que “la ciudad no había experimentado tanta calma en toda la semana”. El Ministerio del Interior anunció durante la noche que la ciudad de Sweida había sido “evacuada de todos los combatientes tribales, y se suspendieron los enfrentamientos en sus barrios”.
El Observatorio había indicado que los combatientes drusos recuperaron el control de la ciudad el sábado por la noche.
El presidente interino, Ahmed al-Sharaa, anunció el sábado un alto el fuego en Sweida y renovó su compromiso de proteger a las minorías étnicas y religiosas de Siria frente a la violencia sectaria, la más reciente desde que grupos islamistas derrocaron al antiguo gobernante Bashar al-Ásad en diciembre.
Un portavoz del consejo tribal y clanil de Siria declaró a Al Jazeera el sábado por la noche que los combatientes se retiraron de la ciudad “en respuesta al llamado de la presidencia y a los términos del acuerdo”. Un trabajador médico en Sweida afirmó a AFP por teléfono, el domingo, que “la situación es completamente tranquila… No se oyen enfrentamientos”.
Los residentes de Sweida, cuya población ronda los 150.000 habitantes, permanecieron refugiados en sus hogares, sin electricidad ni agua, y con escasez de alimentos. Un fotógrafo de AFP informó que la morgue del hospital principal de Sweida se encontraba saturada y había cadáveres depositados en el suelo, fuera del edificio.
La agencia de migración de las Naciones Unidas informó que más de 128.000 personas han sido desplazadas en la provincia de Sweida a causa de la violencia.
Actos brutales
El enviado especial de Estados Unidos para Siria, Tom Barrack, afirmó este domingo que el país atraviesa un “momento crítico” y sostuvo que “la paz y el diálogo deben prevalecer —y hacerlo de inmediato—”.
“Todas las facciones deben deponer sus armas de manera inmediata, cesar las hostilidades y abandonar los ciclos de venganza tribal”, escribió en la red X. Agregó que “los actos brutales cometidos por las facciones en conflicto socavan la autoridad del gobierno y alteran cualquier atisbo de orden”.
El anuncio de Sharaa, el sábado, se produjo pocas horas después de que Estados Unidos afirmara haber negociado un alto el fuego entre el gobierno sirio e Israel, que había bombardeado posiciones gubernamentales tanto en Sweida como en Damasco a principios de semana.
Israel, que cuenta con su propia comunidad drusa, declaró que actuó en defensa de dicho grupo y para hacer cumplir su exigencia de una desmilitarización total del sur de Siria.
El secretario de Estado estadounidense, Marco Rubio, instó el sábado a las fuerzas de seguridad del gobierno sirio a impedir el ingreso de yihadistas en el sur del país y a evitar “masacres”, además de exigir a Damasco que “lleve ante la justicia a todos los responsables de atrocidades, incluso dentro de sus propias filas”.