Hayat Tahrir al-Sham (HTS), que controla la provincia noroccidental siria de Idlib, se ha esforzado recientemente por atraer a los grupos jihadistas que actúan fuera de los límites de su autoridad, presionándolos y ofreciéndoles hasta dos opciones: unirse a la organización y actuar bajo su autoridad o disolverse y abandonar Idlib.
Los observadores creen que HTS quiere deshacerse de esos grupos para evitar que los jihadistas y salafistas se reagrupen y cambien de marca. Asimismo, estos observadores creen que HTS, con estos movimientos, pretende transmitir a la comunidad internacional el mensaje de que renuncia al terrorismo, que lucha contra los militantes y que es un componente local sirio.
Fuentes internas de HTS dijeron que la organización está decidida a disolver todos los grupos que operan de forma independiente, ya que quiere avanzar hacia el establecimiento de un Estado propio con instituciones adecuadas.
Las mismas fuentes dijeron que la presencia de grupos jihadistas que operan de forma individual impide los esfuerzos de HTS para convertir Idlib en un cuasi-Estado con su propio enfoque e instituciones, y esto es lo que HTS quiere lograr en el noroeste de Siria.
En este sentido, fuentes familiarizadas con los asuntos jihadistas dijeron que HTS ha pedido al grupo Jundallah que se una a él o se disuelva y entregue sus armas. HTS dio al grupo un breve plazo para tomar una decisión y elegir una de las dos opciones.
El propietario de la conocida cuenta de Twitter @MzmjerSh de un antiguo líder jihadista de Siria declaró en un post el 8 de julio que, tras la disolución del grupo checheno Jund al-Sham (Soldados del Levante), los grupos jihadistas restantes que actuaban fuera de la autoridad de HTS en Idlib eran Ansar al-Islam y Jundallah.
El líder dijo: “HTS ha tratado recientemente de vigilar las ubicaciones de Jundallah en la costa en preparación para una campaña militar contra ella”.
“En cuanto al resto de los grupos, como Ansar al-Tawhid, el [Partido Islámico] del Turquestán, Ajnad al-Kavkaz y los grupos uzbekos, siguen siendo leales a HTS y operan bajo su supervisión. [Por su parte, Hurras al-Din (Organización de Guardianes de la Religión), afiliada a Al Qaeda, está disuelta, aunque no se haya emitido ninguna declaración oficial al respecto”, añadió el dirigente.
En los últimos días, HTS disolvió Jund al-Sham y exigió que su líder, Muslim al-Shishani, abandonara Siria.
Jundallah es un grupo jihadista fundado por Abu Fatima al-Turki y dirigido actualmente por Abu Hanifa al-Adhari. Está asentado en la zona de Jabal al-Turkman, al este de la provincia de Latakia. Se trata de un pequeño grupo que se cree que no cuenta con más de 40 miembros.
Preguntado por las restricciones impuestas a Jundallah, el jefe de relaciones con los medios de comunicación de HTS, Taqi al-Din Omar, declaró el 29 de junio al sitio de noticias sirio Zaman al-Wasl: “Se ha demostrado que algunos miembros de Jundallah estaban implicados en casos de seguridad y delictivos, y sus dirigentes fueron invitados a cooperar (por HTS) para detenerlos y hacerlos responsables. Sin embargo, el asunto no fue atendido con responsabilidad, y se rumorea que el grupo fue expulsado de Idlib”.
Omar añadió: “Los servicios de seguridad de las zonas liberadas han conseguido establecer la seguridad y luchar contra todo tipo de delitos. Algunos delincuentes y personas buscadas han decidido utilizar los nombres de pequeños grupos para encubrir sus delitos, lo que tendrá consecuencias negativas y no será permitido por las autoridades que actualmente controlan el norte liberado”.
Khalil Miqdad, un investigador con sede en Qatar que se centra en los grupos jihadistas, dijo: “HTS está decidido a acabar con la presencia de los grupos jihadistas en Idlib. Quiere ganarse a Turquía y a Estados Unidos, y también quiere imponer su presencia como fuerza que tiene la sartén por el mango en Idlib. Y podría estar buscando establecer su propio ministerio de defensa afiliado al Gobierno de Salvación que dirige. La misión de ese ministerio sería transformar a HTS de una antigua facción jihadista en un grupo nacional”.
Y añadió: “A estos grupos jihadistas les quedan pocas opciones, ya que se ven obligados a disolverse o a unirse a HTS. De lo contrario, HTS recurrirá a la fuerza. Si estos grupos salen de Idlib hacia las zonas bajo control de las facciones respaldadas por Turquía, serán perseguidos y detenidos por esas facciones. Algunos miembros de los grupos jihadistas que HTS ha estado reprimiendo pueden unirse al Estado Islámico (ISIS) para protegerse, pero el camino desde Idlib hasta la Badia (desierto sirio) donde el ISIS está estacionado es largo y difícil”.
Miqdad señaló además que al luchar contra estos grupos, HTS busca deshacerse de ellos y mostrarse como una facción local, nacional y un partido político.
En este contexto, Abu Muslim al-Uzbek, un líder jihadista cercano al grupo Jundallah que vive en la campiña de Latakia, dijo: “HTS pidió a Jundallah que se uniera a la organización o que abandonara sus posiciones y se disolviera, pero hasta ahora no ha tomado ninguna medida contra el grupo. Jundallah sigue en sus posiciones, pero HTS no dejará a las facciones jihadistas ni a las no jihadistas fuera de su autoridad y gestión, ya que quiere reunir a todas estas facciones y cambiar su enfoque por la fuerza para demostrar a la comunidad internacional que HTS es un grupo abierto y moderado. Estos grupos jihadistas [a los que HTS persigue] son considerados internacionalmente como grupos ‘terroristas’, y cuando HTS les pone la soga al cuello y los disuelve, esto infiere que HTS está luchando contra el terrorismo, y esto es lo que la organización quiere hacer ver”.
Y añadió: “Jundallah es un grupo pacífico que solo lucha contra el régimen, que no interfiere en la política de Idlib y que no se involucra en los asuntos de la comunidad local. Este grupo no supone ninguna amenaza para HTS, ni compite con él, y estos grupos no amenazan a Occidente, ni llevan a cabo operaciones fuera de Siria. Su enemigo número 1 es el régimen sirio y sus aliados rusos e iraníes”.