Ahmed al-Sharaa, presidente de Siria, visitó Nueva York para asistir a la Asamblea general de la ONU. Allí, expresó su deseo de alcanzar un acuerdo de seguridad que reduzca las tensiones con Israel, aunque minimizó las perspectivas de reconocimiento mutuo. Como exlíder de un grupo yihadista ligado a al-Qaeda, cuyas tropas derrocaron a Bashar al-Assad en diciembre, se reunió con el secretario de Estado estadounidense, Marco Rubio. Más tarde, pronunciará el primer discurso sirio ante la Asamblea en décadas.
Los funcionarios sirios aspiran a concretar pactos militares y de seguridad con Israel antes de fin de año. Ambos países mantienen un estado formal de guerra, originado en disputas territoriales, choques armados y una desconfianza política arraigada. Sharaa manifestó en la cumbre de Concordia, al margen de la ONU, su esperanza de que el acuerdo preserve la soberanía siria y aborde las inquietudes de seguridad israelíes.
Sin embargo, rechazó la idea de que Siria se integre a los Acuerdos de Abraham, que normalizaron relaciones entre Israel y naciones como Emiratos Árabes Unidos, Bahréin y Marruecos en 2020. Argumentó que Siria difiere de esos países, ya que no comparte fronteras directas con ellos. En cambio, Siria ha sufrido más de mil incursiones israelíes desde los Altos del Golán.
Tras el derrocamiento de Assad, Israel ocupó el lado sirio de los Altos del Golán por temor a que grupos hostiles lo controlaran. Además, ejecutó ataques aéreos contra diversos objetivos militares, incluidas fuerzas aliadas a Sharaa. Este líder expresó escepticismo sobre las intenciones israelíes y cuestionó si buscan expansión territorial en Siria. Acusó a Israel de violar tratados de paz con Egipto y Jordania.
Sharaa insistió en que Israel debe retirarse de tierras sirias para que las conversaciones aborden preocupaciones de seguridad. Afirmó que dichas pláticas revelarán si las motivaciones israelíes radican en la defensa o en ambiciones expansivas. Además, mencionó la indignación global por los eventos en Gaza, que influye en la postura siria hacia Israel.
A pesar de las tensiones pasadas, Sharaa celebró el paso de los conflictos armados al diálogo. El primer ministro israelí, Benjamin Netanyahu, señaló una oportunidad renovada para la paz con Siria y Líbano tras una campaña que debilitó a Hezbolá, grupo chiíta respaldado por Irán y aliado de Assad. Netanyahu indicó que un acuerdo con Siria requerirá más tiempo, contrario a especulaciones de avances rápidos.
En mayo, Sharaa se reunió en Riad con el presidente estadounidense Donald Trump, quien, asesorado por Arabia Saudita y Turquía, alivió sanciones de la era Assad contra Siria pese a reservas israelíes. Sharaa elogió esta decisión y urgió al Congreso de EE. UU. a eliminar por completo las penalizaciones, que agobian a un pueblo ya afectado por la opresión anterior.
Durante su encuentro con Sharaa, Rubio destacó la chance para que Siria forje una nación estable y soberana tras el anuncio de Trump sobre el alivio de sanciones. Abordaron iniciativas contra el terrorismo, la búsqueda de estadounidenses desaparecidos y el rol clave de las relaciones sirio-israelíes en la seguridad regional, según un informe oficial estadounidense.
El senador Lindsey Graham, aliado de Trump, declaró a Axios su respaldo a la eliminación de sanciones si el gobierno de Sharaa avanza hacia un nuevo pacto de seguridad con Israel. Además, exigió que Siria se una a una coalición contra el Estado Islámico.