Una reunión entre funcionarios de Israel y Siria tuvo lugar el jueves en París, bajo la mediación del enviado especial estadounidense Tom Barrack. Esta fue la primera vez que un encuentro de este tipo se confirmó públicamente desde que se instaló el nuevo gobierno en Damasco. Barrack afirmó: “Me reuní esta noche con los sirios e israelíes en París. Nuestro objetivo era el diálogo y la desescalada, y logramos precisamente eso”.
Tanto Siria como Israel no emitieron comentarios oficiales tras el anuncio. En los últimos meses, ambas partes sostuvieron contactos indirectos que buscaban gestionar tensiones. Informes previos señalaron que existieron reuniones presenciales sin confirmación oficial. Según Axios, el ministro israelí de Asuntos Estratégicos, Ron Dermer, y el canciller sirio, Asaad al-Shaibani, participaron en la reunión.
La última ocasión en que se registró una reunión de alto nivel entre autoridades de ambos países ocurrió en el año 2000, cuando el entonces presidente estadounidense, Bill Clinton, recibió a Ehud Barak y Farouq al-Sharaa en Virginia Occidental para tratar un acuerdo de paz. El canal saudí Al-Hadath reportó esta semana que Israel y Siria reanudaron contactos tras los recientes enfrentamientos en Damasco y Sweida.
Las conversaciones actuales, según Al-Hadath, cuentan con la mediación de Turquía y Estados Unidos. Se espera que una delegación israelí viaje a Bakú, Azerbaiyán, con el fin de avanzar en entendimientos bilaterales. No obstante, el informe indica que Israel aún no se compromete a cesar sus ataques y ha exigido una zona desmilitarizada en la frontera y presencia continua en la zona de amortiguamiento.
Dermer también tenía previsto reunirse con el enviado estadounidense Steve Witkoff en Roma el mismo jueves. Esa reunión probablemente fue cancelada tras la suspensión de las negociaciones de alto el fuego en Gaza. En paralelo, el primer ministro Benjamin Netanyahu sostuvo un encuentro en Jerusalén con el jeque Muwaffaq Tarif, líder espiritual de la comunidad drusa en Israel.
Antes de los ataques recientes, ambas partes se encontraban en etapas avanzadas de diálogo para alcanzar un acuerdo que pusiera fin a las hostilidades. Durante ese proceso, la administración Trump presionó por una normalización diplomática entre los gobiernos de Jerusalén y Damasco. A principios de mes, Israel intervino militarmente en Siria en respuesta a la situación de la comunidad drusa.
Israel responsabilizó al gobierno interino de Ahmed al-Sharaa por la colaboración en ataques de tribus beduinas contra la población drusa en Sweida. la guerra concluyó con un alto el fuego negociado por Estados Unidos, anunciado el sábado. Sharaa prometió proteger a las minorías, pero su compromiso fue cuestionado tras los asesinatos de alauitas en marzo y la reciente violencia en el suroeste.
El lunes, la portavoz de la Casa Blanca, Karoline Leavitt, declaró que Donald Trump se sintió “tomado por sorpresa” por los ataques israelíes. Esta declaración siguió a filtraciones en Axios donde funcionarios estadounidenses expresaron su malestar con Netanyahu, señalando que las acciones israelíes comprometían la estabilidad del nuevo régimen sirio respaldado por Washington.
Ese mismo día, Tom Barrack calificó la intervención israelí como inoportuna y perjudicial para los esfuerzos de estabilización regional. Por su parte, Siria solicitó apoyo de Turquía para fortalecer su defensa tras los hechos recientes. Fuentes del ministerio de Defensa turco informaron que también se pidió ayuda para enfrentar a grupos armados como el Estado Islámico.
Las autoridades turcas indicaron que estaban preparando programas de formación, asistencia técnica y asesoramiento para reforzar la capacidad militar siria. Funcionarios sirios no respondieron a las solicitudes de comentario. Turquía, que en el pasado apoyó a grupos opositores a Assad, ahora respalda al gobierno de Sharaa y busca establecer acuerdos de defensa conjunta.
Se ha planteado la posibilidad de instalar bases militares turcas en territorio sirio. Este nuevo escenario sugiere que Ankara podría aumentar su intervención en Siria. En abril, Israel bombardeó cinco ciudades sirias, incluidas instalaciones cercanas a una base aérea en Hama, donde Turquía habría manifestado interés estratégico.
Ese mes, Turquía e Israel sostuvieron conversaciones sobre la creación de un mecanismo bilateral para evitar enfrentamientos. Según informes, alcanzaron un acuerdo tras un mes de negociaciones. Turquía ha criticado los recientes ataques de Israel; el canciller turco, Hakan Fidan, afirmó que Israel busca una Siria fragmentada. El presidente Recep Tayyip Erdogan acusó a Israel de usar a la comunidad drusa como justificación para expandirse en Siria.