Las sanciones más severas que Estados Unidos impuso a Siria entran en vigor esta semana, lo que aumenta la presión sobre Bashar Al-Assad, que se enfrenta a una crisis económica cada vez más profunda después de una década de guerra.
Estados Unidos dice que las sanciones ayudarán a responsabilizar a Assad y a sus partidarios por los crímenes de guerra en un conflicto que ha matado a cientos de miles de personas. Damasco dice que es una escalada de la guerra económica contra sus ciudadanos.
Los asistentes del Congreso de EE.UU. dicen que esperan el anuncio el miércoles.
Siria ya ha sido objeto de sanciones de EE.UU. y la UE, que han congelado los activos del Estado y cientos de empresas e individuos. Washington ya ha impuesto una prohibición a las exportaciones e inversiones de EE.UU. en Siria, así como a las transacciones relacionadas con el petróleo y los hidrocarburos.
Las nuevas sanciones otorgan al Presidente de los Estados Unidos, Donald Trump, más poder para congelar los activos de todos los que tratan con Siria, independientemente de su nacionalidad, y abarcan muchos más sectores, desde la construcción hasta la energía.
La ley también se dirigió por primera vez a quienes trataban con estructuras rusas e iraníes en Siria, atacando a los aliados de Assad.
La nueva legislación puede calificar al banco central de Siria como «una de las principales preocupaciones en la lucha contra el blanqueo de dinero».
Las sanciones podrían levantarse si se cumplieran seis requisitos, entre ellos el fin de los bombardeos de civiles, la liberación de decenas de miles de detenidos y el regreso «seguro y digno» de los refugiados.
Se espera que las sanciones sigan restringiendo las inversiones en Siria y profundicen el aislamiento de Siria del sistema financiero mundial. Los expertos en Siria dicen que se están privando de las esperanzas que una vez se depositaron en Damasco y Moscú de ver los esfuerzos de reconstrucción mundial antes de una transición política que satisfaga a Occidente.
El Líbano, que es un conducto tradicional de bienes y finanzas para Siria, sufrirá enormemente, ya que las empresas con vínculos con Damasco tendrán que superar nuevos riesgos, dicen los banqueros. Otros socios comerciales de los vecinos Jordania y los Emiratos Árabes Unidos ya están a punto de abandonar los planes de inversión en Siria, dicen los líderes empresariales.
El reciente colapso de la moneda siria se debe en parte a la perspectiva de nuevas sanciones. Los expatriados sirios ricos no invertirán en su país.
A medida que las condiciones económicas se deterioran aún más, también existe la posibilidad de una nueva ola de disturbios, con raras manifestaciones que estallaron recientemente en la ciudad siria de Sweida, una zona controlada por el gobierno que no pudo hacer frente a Assad en 2011.
La nueva ley excluye las importaciones de alimentos básicos y bienes humanitarios, pero añade más control a la ayuda de las Naciones Unidas y las ONG para garantizar que no beneficie al gobierno de Assad.
Algunas ONG occidentales, diciendo que el gobierno de Assad merece ser castigado, temen cualquier impacto en la población civil.