Ahmed al-Sharaa, presidente interino de Siria, visitó Arabia Saudita el domingo, marcando así su primer viaje oficial al extranjero. La iniciativa parece orientada a distanciar a Damasco de Irán, tradicionalmente su principal aliado regional.
Al-Sharaa, quien estuvo relacionado con Al Qaeda en el pasado, viajó a Riad acompañado por Asaad al-Shibani, ministro de Asuntos Exteriores de su gobierno. Una imagen difundida por la agencia estatal siria SANA mostraba a ambos a bordo de un avión, posiblemente proporcionado por Arabia Saudita, con una bandera saudí visible en el fondo.
La televisión estatal saudí confirmó que Riad fue el primer destino de este viaje oficial de al-Sharaa, conocido internacionalmente bajo el nombre de guerra Abu Mohammed al-Julani.
Arabia Saudita, que anteriormente respaldó a grupos insurgentes que buscaban derrocar al presidente Bashar al-Assad, cambió su enfoque tras la resistencia del régimen de Assad, apoyado por Irán y Rusia, que logró estabilizarse tras años de guerra civil. La situación dio un giro con la ofensiva liderada en diciembre por Hayat Tahrir al-Sham (HTS), organización dirigida por al-Sharaa, que ha renunciado a su antigua afiliación con Al Qaeda.
Desde su llegada al poder, al-Sharaa y su grupo HTS han trabajado en la mejora de su imagen pública. Entre sus estrategias figuran mantener un perfil militar sobrio, similar al del presidente ucraniano Volodymyr Zelensky, designar a mujeres en puestos relevantes y fortalecer relaciones con comunidades cristianas y alauitas en Siria. Paralelamente, el nuevo liderazgo ha tomado distancia de Irán y Rusia. Irán, por ejemplo, no ha reabierto su embajada en Damasco, a pesar de que era una base crucial para coordinar operaciones del denominado «Eje de la Resistencia».
Por su parte, Rusia desea conservar el acceso a las bases aéreas y marítimas en Siria, aunque su relación con el país ha sido compleja desde que ofreció refugio a Assad durante el avance de las fuerzas de HTS.
Estas acciones parecen dirigidas a generar confianza en Occidente y a impulsar la retirada de las sanciones que pesan sobre Siria. La reconstrucción del país, tras más de una década de conflicto, demandará inversiones multimillonarias, esenciales para aliviar la pobreza que afecta a gran parte de la población.
El ministro de Asuntos Exteriores saudí, príncipe Faisal bin Farhan, visitó Damasco en enero, señalando que Riad ha intensificado su diálogo para facilitar el levantamiento de sanciones. Arabia Saudita restableció relaciones con Assad en 2023, diferenciándose de otros aliados de al-Sharaa, como Turquía y Qatar. Un posible levantamiento de sanciones podría fortalecer aún más estos lazos.
Mientras tanto, el gobierno interino sigue enfrentando desafíos internos. El sábado, un coche bomba explotó en Manbij, ciudad de la provincia de Alepo, causando cuatro muertos y nueve heridos, según informó SANA, citando fuentes de defensa civil.
Manbij, bajo control de rebeldes sirios apoyados por Turquía desde diciembre, forma parte de los esfuerzos de Ankara para establecer una zona de amortiguación a lo largo de su frontera con Siria.