El gobierno interino de Siria anunció que las primeras elecciones parlamentarias bajo su administración se celebrarán entre el 15 y el 20 de septiembre, según informó Mohammed Taha al-Ahmad, presidente del Comité Superior para las Elecciones de la Asamblea Popular, en declaraciones a la agencia estatal SANA.
El proceso estará supervisado por un comité de diez miembros creado mediante un decreto presidencial emitido en junio, con la función de formar los organismos electorales locales encargados de seleccionar a los nuevos legisladores. La medida forma parte de los esfuerzos institucionales posteriores a la caída del régimen de Bashar al-Assad, derrocado en diciembre tras una ofensiva rebelde.
El nuevo gobierno, liderado por Ahmed al-Sharaa, modificó las leyes electorales para ampliar el parlamento de 150 a 210 escaños. De ese total, un tercio será designado directamente por el presidente interino, mientras que los restantes serán elegidos en las urnas.
Hassan al-Daghim, otro miembro del comité electoral, declaró al medio Erem News que se establecerá un colegio electoral por provincia para elegir a los representantes. El gobierno aseguró que permitirá la presencia de observadores internacionales en los comités encargados de supervisar la votación.
Las autoridades afirmaron que las regiones fuera del control gubernamental, incluidas las zonas kurdas del norte y la provincia drusa de Sweida, mantendrán su representación parlamentaria proporcional a su población, pese a las limitaciones operativas del gobierno central en esos territorios.
La nueva Asamblea Popular tendrá el mandato de promover un proceso democrático más amplio, aunque diversos críticos han señalado la escasa inclusión de minorías. El parlamento también deberá legislar reformas económicas orientadas a sustituir décadas de intervencionismo estatal y ratificar tratados que reconfiguren las relaciones exteriores del país.
En marzo, una constitución provisional firmada por Sharaa estableció la creación de un Comité Popular como cuerpo legislativo temporal, vigente hasta la adopción de una constitución definitiva y la convocatoria de elecciones generales. Este diseño institucional ha generado inquietudes entre organizaciones civiles y gobiernos occidentales, que advierten sobre la concentración de poder en sectores islamistas.
El anuncio electoral coincide con un aumento de tensiones internas. A principios de julio, estallaron enfrentamientos en la provincia de Sweida tras una cadena de secuestros entre clanes beduinos y combatientes drusos. Los combates causaron cientos de muertes y pusieron en riesgo la estabilidad del proceso de transición política en Siria.
Fuerzas del gobierno intervinieron en la zona, pero según informes, lo hicieron en respaldo a los clanes armados. Algunos soldados habrían ejecutado a civiles drusos y destruido propiedades. En respuesta, Israel lanzó ataques aéreos contra posiciones del gobierno sirio y bombardeó la sede del Ministerio de Defensa, en una operación que justificó como protección a la minoría drusa.