Siria inicia operación de seguridad en Tartus tras un ataque mortal. Nuevas autoridades buscan neutralizar restos de las milicias de Bashar al-Assad.
Fuerzas sirias buscan estabilidad tras violencia en Tartus
El jueves, las nuevas autoridades en Siria comenzaron una ofensiva en Tartus, región costera donde el miércoles murieron 14 policías en un ataque atribuido a remanentes del derrocado gobierno de Bashar al-Assad. Según medios estatales, la operación se centra en “garantizar seguridad y perseguir a los responsables”.
La provincia de Tartus, con una significativa población alauita, ha sido escenario del ataque más letal contra el gobierno liderado por islamistas sunitas desde que desplazaron a Assad del poder el pasado 8 de diciembre. Los incidentes reflejan las tensiones sectarias que persisten en el país tras más de una década de conflicto.
En un comunicado, la agencia estatal SANA destacó que las fuerzas de seguridad están actuando en áreas rurales para neutralizar a las milicias vinculadas al antiguo régimen. La ofensiva incluye operaciones en bosques y colinas de la región, considerada estratégica por su ubicación costera.
Además, las tensiones crecieron tras una manifestación en Tartus, donde los participantes gritaron “¡Oh, Ali!”, en alusión a Ali ibn Abi Talib. Este cántico tiene gran relevancia para alauitas y chiítas, quienes consideran a Ali y sus descendientes como los legítimos líderes islámicos.
Islamistas y minorías religiosas en el foco de la nueva Siria
El grupo Hayat Tahrir al-Sham, anteriormente vinculado a Al Qaeda, aseguró que protegerá a las minorías religiosas. Sin embargo, las comunidades alauita y chiíta temen un posible gobierno conservador de corte islamista. Estas preocupaciones se han intensificado debido al histórico dominio alauita bajo el liderazgo de Assad.
En un esfuerzo por calmar las tensiones, Mohammed Othman, el gobernador de Latakia, región vecina a Tartus, sostuvo encuentros con líderes alauitas. Según SANA, el objetivo es promover la cohesión comunitaria y la paz civil en las zonas costeras.
Detalles clave sobre la situación en Siria
- 14 policías asesinados en Tartus en un ataque atribuido a milicias de Assad.
- Manifestantes en Tartus usaron cánticos alusivos a figuras chiítas.
- Hayat Tahrir al-Sham promete protección a minorías religiosas.
- Irán critica la nueva administración siria, mientras que Líbano envía mensaje conciliador.
- Toques de queda impuestos en Homs tras disturbios sectarios.
Disensiones sectarias emergen en Homs y otras ciudades
Los conflictos sectarios no se limitan a Tartus. En Homs, a unos 150 kilómetros al norte de Damasco, se impuso un toque de queda nocturno tras protestas vinculadas a comunidades religiosas alauitas y chiítas. La policía intervino para controlar disturbios, mientras que en las redes sociales circularon imágenes verificadas por Reuters que mostraban multitudes dispersándose entre disparos.
Las tensiones sectarias han sido una constante desde que Assad recurrió a milicias chiítas extranjeras respaldadas por Irán para enfrentar la insurgencia dominada por sunitas. Esta división interna complica los esfuerzos de estabilización en Siria.
Reacciones de Irán y Líbano a la nueva administración siria
En días recientes, Irán, aliado clave de Assad, expresó su descontento con los acontecimientos en Siria. El líder supremo iraní, Ali Jamenei, instó a los jóvenes sirios a resistir la inseguridad provocada por los nuevos líderes en Damasco.
Por su parte, el nuevo ministro de Asuntos Exteriores de Siria, Asaad Hassan al-Shibani, respondió exigiendo respeto a la soberanía siria. A través de redes sociales, responsabilizó a Irán por las consecuencias de sus declaraciones recientes.
En contraste, el Líbano manifestó su intención de mantener buenas relaciones con la nueva administración siria. Este mensaje es significativo, dado el apoyo histórico de Hezbolá a Assad, quien ahora enfrenta un futuro incierto en medio de los cambios políticos en el país.