Rusia dijo el sábado que los rebeldes sirios estaban preparando un ataque químico en la provincia de Idlib, que será atribuido a Damasco y utilizado como pretexto para que las potencias occidentales ataquen objetivos del gobierno en el país devastado por la guerra.
La acusación de Moscú se produce después de que el consejero de seguridad nacional del presidente estadounidense Donald Trump, John Bolton, dijo esta semana que Washington responderá “muy fuertemente” si el presidente sirio Bashar Assad usa armas químicas en una ofensiva para recuperar Idlib, una de las últimas provincias rebeldes del país.
El portavoz del Ministerio de Defensa ruso Igor Konashenkov dijo en un comunicado que el grupo jihadista Hayat Tahrir al-Sham está “preparando otra provocación del ‘uso de armas químicas’ por las fuerzas del gobierno sirio contra la población pacífica de la provincia de Idlib”.
Dijo que el grupo entregó “ocho tanques de cloro” a la ciudad de Jisr al-Shughur para “escenificar” el ataque y que luego fueron llevados a un pueblo a ocho kilómetros (5 millas) de distancia.
La declaración también dice que un grupo de militantes “entrenados en el manejo de sustancias venenosas bajo la supervisión de especialistas de la compañía militar privada británica Oliva llegaron a la ciudad un día antes.
“Los militantes tienen la tarea de simular el rescate de las víctimas del ataque con armas químicas vestidas con la ropa de los famosos ‘cascos blancos’”, dijo.
Konashenkov acusó a los servicios especiales británicos de estar “activamente involucrados” en la “provocación” que “servirá como otra razón para que Estados Unidos, el Reino Unido y Francia ataquen los objetivos del gobierno sirio con ataques aéreos”.
En abril, Estados Unidos, Francia y Gran Bretaña lanzaron ataques conjuntos con misiles contra objetivos sirios en respuesta a un presunto ataque con armas químicas en la ciudad de Douma que dejó decenas de muertos.
Rusia, atrapada por su aliada Siria, insistió enojada en que el ataque de Douma fue organizado por el servicio de rescate voluntario de los Cascos Blancos.
En Jerusalén el miércoles, Bolton dijo que Washington estaba “preocupado por la posibilidad de que Assad pueda usar armas químicas nuevamente”.
“Para que no haya confusión aquí, si el régimen sirio usa armas químicas, responderemos con mucha fuerza y realmente deberían pensar en esto durante mucho tiempo”, dijo Bolton.
Se especula que podría haber un asalto gubernamental respaldado por Rusia en Idlib, una de las llamadas zonas de “desescalada”, creadas como resultado de las conversaciones de Rusia, Turquía e Irán el año pasado.
En una visita a Moscú el viernes, el ministro de Asuntos Exteriores turco, Mevlut Cavusoglu, advirtió a Rusia que buscar una solución militar en Idlib sería una “catástrofe” antes de reunirse con el presidente Vladimir Putin.
El canciller ruso, Sergei Lavrov, dijo que la situación en Idlib es “multifacética” y pidió que se separe “la sana oposición de las estructuras terroristas”.
Damasco aún tiene el extremo sudeste de Idlib, una provincia estratégicamente importante adyacente a Latakia en la costa mediterránea que alberga al clan de Assad.
Más de 350,000 personas han muerto y millones han sido desplazadas desde que comenzó la guerra en Siria en 2011 con la represión brutal de las protestas antigubernamentales.