El presidente sirio Ahmed al-Sharaa advirtió el martes en Nueva York que Oriente Medio enfrentará un nuevo conflicto si Israel no firma un acuerdo de seguridad con su gobierno de transición que respete la soberanía siria. Sharaa, cuyas fuerzas derrocaron a Bashar al-Assad en diciembre de 2024, llegó a la ciudad para participar en la Asamblea general de las Naciones Unidas.
Durante un evento del Instituto de Medio Oriente, Sharaa expresó su deseo de cerrar un pacto con Israel, pero criticó a Jerusalén por retrasar las conversaciones y por realizar ataques aéreos en territorio sirio. “Nosotros no generamos problemas para Israel. Tememos a Israel, no al contrario”, declaró. Agregó que los retrasos en las negociaciones y las violaciones del espacio aéreo sirio generan riesgos múltiples para la región.
Sharaa descartó cualquier división de Siria y defendió los derechos de la minoría drusa en el sur del país. “Jordania sufre presiones, y una partición de Siria afectaría a Irak y a Turquía”, afirmó. Indicó que tales acciones retornarían al país a la situación previa a su salida de quince años de guerra civil.
En una intervención previa, Sharaa minimizó las chances de un reconocimiento formal de Israel por parte de Siria. Sin embargo, el enviado especial de Estados Unidos para Siria, Tom Barrack, declaró que ambos países avanzan hacia un acuerdo de desescalada. Bajo este pacto, Israel cesará sus operaciones militares, y Siria se comprometerá a no desplazar equipo pesado cerca de la frontera.
Barrack habló con periodistas al margen de las sesiones de la ONU y describió el convenio como el paso inicial hacia un arreglo de seguridad integral. Siria e Israel negocian un texto que detenga los bombardeos israelíes y retire las tropas de la zona de amortiguación en los Altos del Golán, que Israel ocupa desde 1967.
Tras la caída de Assad, Israel ejecutó ataques masivos para neutralizar arsenales sirios que consideraba amenazas directas. También intervino con fuerza para impedir agresiones sectarias contra drusos en el sur de Siria. El presidente Donald Trump impulsó un convenio entre las partes, con planes para un anuncio esta semana, aunque el avance se ralentizó por la festividad de Rosh Hashaná. “Las dos partes actúan con buena fe”, aseguró Barrack.
Israel y Siria mantienen una enemistad de décadas, agravada por disputas territoriales y desconfianza mutua. Jerusalén rechaza el gobierno islamista de Sharaa por sus lazos pasados con yihadistas y presiona a Washington para que mantenga a Siria fragmentada y debilitada.
El primer ministro Benjamin Netanyahu comentó el domingo que surgió una oportunidad para la paz con Siria y Líbano tras una ofensiva israelí que destruyó gran parte de Hezbolá, el grupo chií libanés aliado de Assad e Irán. Netanyahu reconoció progresos en las charlas con Siria, pero aclaró que el acuerdo requerirá tiempo adicional, pese a rumores de un cierre inminente.
Un alto funcionario de la administración Trump reveló el domingo que el pacto de seguridad está listo en un 99 por ciento y que el anuncio ocurrirá en las próximas dos semanas.