LA HAYA, Países Bajos (AFP) – El organismo de control de armas químicas del mundo culpó explícitamente el miércoles por primera vez a Siria de los ataques químicos en el país, diciendo que el régimen del presidente Bashar al-Assad utilizó sarín y cloro tres veces en 2017.
La Organización para la Prohibición de las Armas Químicas dijo que “ha llegado a la conclusión de que hay motivos razonables para creer que los autores del uso de gas sarín como arma química en Lataminah en 2017… y del uso del cloro… eran personas pertenecientes a la Fuerza Aérea Árabe Siria”.
El informe es el primero publicado por el nuevo Equipo de Identificación e Investigación (IIT) del organismo de control con sede en La Haya, creado específicamente para identificar a los autores de los ataques químicos en la guerra civil de Siria que dura nueve años.
“Ataques de tal naturaleza estratégica solo habrían tenido lugar sobre la base de órdenes de las más altas autoridades del mando militar de la República Árabe Siria”, dijo el coordinador del IIT, Santiago Onate-Laborde, en la declaración de la OPAQ.
“Aunque se pueda delegar la autoridad, la responsabilidad no puede. Al final, el IIT no pudo identificar ninguna otra explicación plausible”, dijo.
El informe dice que los ataques fueron llevados a cabo por dos aviones de combate SU-22 que lanzaron dos bombas que contenían sarín el 24 y el 30 de marzo de 2017, así como por un helicóptero militar sirio que lanzó un cilindro que contenía cloro sobre un hospital en la ciudad de Al-Lataminah el 25 de marzo de ese año.
Hace casi dos años, el organismo con sede en La Haya confirmó que el sarín y el cloro se utilizaron en dos atentados en Al-Lataminah, pero en ese momento no nombró a los responsables.
Otro ataque mortal con sarín tuvo lugar unos días más tarde, el 4 de abril, en la cercana localidad de Khan Sheikun, en el que murieron más de 80 personas.
Sin embargo, el nuevo informe no llegó a nombrar al culpable de un presunto ataque con cloro en 2018 en la ciudad siria de Douma en el que murieron al menos 40 personas, una investigación que se ha convertido en una importante manzana de la discordia entre Damasco y su aliado ruso y las naciones occidentales.
Los estados miembros del organismo de control votaron en 2018, tras una resolución de la ONU, para dar a la organización nuevos poderes para nombrar a aquellos que utilizan armas tóxicas. Anteriormente solo podía confirmar si había ocurrido o no un asalto químico.
Damasco ha seguido negando el uso de armas químicas e insiste en que ha entregado sus arsenales de armas en virtud de un acuerdo de 2013, impulsado por un supuesto ataque con gas sarín que mató a 1.400 personas en el suburbio de Ghouta, en Damasco.